27 de septiembre de 2017

Blueberry: Tormenta en el oeste, por Charlier y Jean Giraud



Título: Blueberry: Tormenta en el oeste.
Guionista: Jean-Michel Charlier.
Dibujante: Jean Giraud (Moebius).
Páginas: 55.
Precio: 6,99€.
Editorial: Planeta DeAgostini.








Continuamos las reseñas del coleccionable de Blueberry gracias al material cedido generosamente por Planeta DeAgostini, no sin antes recordar que gracias a esa colaboración tenemos un sorteo en marcha del primer tomo y que la información sobre el mismo se puede encontrar en este enlace. Pero basta de minutos publicitarios, vamos con la habitual sinopsis:

Tormenta en el oeste empieza donde lo dejó el volumen anterior, con un Teniente Blueberry atrapado en un Fort Navajo sobre el que se cierne la amenaza de la inminente guerra contra los apaches, provocada por el odio irracional del mayor Bascom. Para evitar que la guerra se desencadene, Blueberry emprenderá un viaje casi suicida a través del cerco indio y el desierto para salvar la vida de un coronel que podría asumir un mando más sensato en este momento de conflicto.

Tras el número anterior que fue una magistral presentación del héroe y su contexto, ahora nos encontramos con un momento en el que ese héroe debe ponerse a prueba. Aislándolo de los otros personajes y en un ambiente hostil, Blueberry llega por fin a su esencia, teniendo que enfrentarse a situaciones límite gracias a sus habilidades, con lo que se desarrolla aquí prácticamente sus proezas como mito. Una vez que ya sabemos quién es Blueberry, era hora de conocer de qué es capaz.

Otro desarrollo que se produce es el del conflicto de las guerras apaches. De nuevo, es fácil empatizar con el bando indio, incluso más que en el primer volumen, pero, al mismo tiempo, gran parte de la peripecia de Blueberry conlleva la pérdida de vidas apaches. Y, en este volumen en concreto, se hace un especial hincapié en su salvajismo cuando se produce su encontronazo con los traficantes mexicanos. Es verdad que es algo justificable por la forma en que se produce, pero casi parecería que el mensaje que Charlier quiere transmitir choca con su concepción de lo que es un western, en la que, irremediablemente, un vaquero debe matar indios.
Eso sí, se desarrolla más al personaje de Crowe, que se sitúa ya en este volumen como un personaje tan equidistante en el conflicto como lo puede ser Blueberry, aunque desde el otro lado. Resulta ser el único personaje secundario que tiene cierto protagonismo en esta historia tan dedicada a Blueberry, y no creo que sea coincidencia. La idea es tratar de seguir profundizando en los grises de una guerra,  en todas sus perspectivas, aunque, como he señalado antes, no se alcance del todo aún esa visión neutral.

Caminando entre los dos extremos se encuentra también el desierto en que se produce gran parte de la acción de este tomo, cosa que queda muy reflejada en el dibujo de Giraud. En este álbum vemos más escenas nocturnas y unas tonalidades más frías, sin dejar de reflejar maravillosamente, como ya dije en la reseña anterior, los tórridos paisajes del desierto. Además, en este volumen vemos más acción y, como ya he señalado, es la prueba de fuego de Blueberry, por lo que se disfruta todavía más de nuestro héroe 
Además, el dossier final de esta edición abunda en la vida de este joven Moebius, de los inicios de esta leyenda que comienza a configurarse como tal en estas viñetas sobre vaqueros rebeldes. Un dossier especialmente interesante si, como yo, estáis fascinados por este cómic especialmente por suponer los inicios de su estilo de dibujo tan clásico y personal.

Lo que deja una sensación más amarga en este Tormenta en el oeste es el final. Por cómo se ha ido estructurando la historia hasta ahora, con un primer volumen introductorio y un segundo de escalada de la tensión, todo tendría que conducirnos hacia un clímax apoteósico. Sin embargo, la forma de terminar de este tomo es con un Blueberry que, a pesar de haber pasado por malas experiencias, lo tiene todo a su favor. La adversidad más grande a la que debe enfrentarse es a la de los elementos, y ya le hemos visto superarla antes. 

La forma en que este apoteósico clímax deberá construirse dependerá enteramente de lo que aporte el siguiente volumen, El Águila Solitaria, con el que cerraremos estas reseñas de Blueberry amparadas por el material de Planeta DeAgostini. De momento, este segundo número de la colección nos da más de Blueberry y más acción, con lo que ya se merece:

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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