29 de diciembre de 2016

Duerme Pueblo, por Núria Tamarit y Xulia Vicente



Título: Duerme Pueblo.
Autoras: Núria Tamarit y Xulia Vicente.
Páginas: 116.
Precio: 12€.
Editorial: La Cúpula.









Es gratificante para cualquier aficionado a cualquier cosa aquello de ver venir desde lejos a los talentos que serán conocidos y reconocidos en su campo. No necesitaba mucha más justificación que ésa para comprar Duerme Pueblo. ¿Xulia Vicente? ¿Núria Tamarit? ¡Yo estaba allí cuando empezaron! (y desde antes en alguno de sus fanzines...)

La historia transcurre en el pequeño pueblo de Barballo, un entorno aislado y campestre, habitado por una serie de particulares personajes que esconden toda clase de tensiones y secretos. Esto saldrá a relucir en el momento en que uno de sus habitantes, Boniato, aparezca muerto en el bosque. Tras este suceso, los días y las noches irán encaminando una serie de acontecimientos que amenazarán con destruir el propio pueblo...

Una de las mejores cosas del cómic es la atmósfera que genera. El particular ambiente de Barballo es un ecosistema particular, en el que conviven elementos del mundo moderno con otros arcaicos y mágicos. Sin embargo, nada desentona. Más bien construye un todo muy creíble gracias a que se circunscribe a una realidad rural, anclada en el pasado y repleta de secretos, tradición y recelos propios de la convivencia en un ambiente apartado y pequeño como el que se presenta aquí.

Casi todo el mérito de la creación de este pueblo es, como no, responsabilidad de quienes lo habitan. La mayoría de los personajes a primera vista son meros esbozos, casi caricaturas de todo lo que un pueblo debe tener: el cura, el policía, el alcalde, el tonto, la bruja... Y se complementan bien con otros personajes más característicos, que son como versos sueltos, como pueden ser la huérfana Audrey, los aterradores lobos o la cazadora Julia. Pero a pesar de su aparente simpleza, de representar apenas un rol, lo cierto es que están dotados de una vida que parece traspasar la frontera de las páginas. Gracias a lo bien construidos que están, es fácil olvidarse de que apenas sabes nada sobre ellos.


Una mención aparte merecen el cuervo y el gato, animales parlantes que se introducen casi como elementos míticos. Conectan con esa parte más mágica del relato, aunque en sus interacciones parecen provenir de la más mundana. En ellas, comentan las jugadas que se producen en la macabra partida que se está jugando en el pueblo, dejando un halo de misterio y mucho terreno a la imaginación. Ese ambiente rompe más cuando, hacia el final, se introduce otro personaje que también nos conecta con que lo narrado no es más que un juego, pero de una forma más burda.
Y es que el argumento se construye a partir de las bases del popular juego del mismo nombre (también llamado El Lobo y seguro que de treinta maneras más). A él debe su estructura, en la que se suceden noches en las que acontecen sucesos truculentos y días en que los personajes reaccionan a ellos. En un principio, todo se desarrolla con una imaginativa coherencia respecto al juego, pero a medida que va avanzando se despega de él. Esto en sí no es un rasgo malo, pero sí lo es que, al apartarse del camino de emular al juego, no encuentre ninguno en particular. Da la sensación de que, a partir de la mitad aproximadamente, la historia vaga sin rumbo fijo hacia un final algo atropellado que resuelve las tramas abiertas fácilmente.

Pero tampoco es que importe demasiado la deriva alocada que la trama va tomando, especialmente cuando da pie a que el dibujo se luzca con sucesos más espectaculares. Y es que el dibujo es el gran atractivo de este cómic. Con un trazo grueso y una gran expresividad, las dos artistas recrean hermosos paisajes y personajes tanto adorables como amenazantes que combinan a la perfección. Especialmente disfrutables son las intervenciones de los tenebrosos lobos o la recreación de las llamas de la hoguera.

Así que, de la mano de tan característico y evocador dibujo, no es difícil dejarse llevar hacia este ambiente tan opresivo como mágico que Núria Tamarit y Xulia Vicente nos presentan, aunque acabe entrando en una deriva descontrolada hacia el final. Una lectura muy recomendable de dos talentosas artistas con mucho que decir en el futuro del cómic nacional.

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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