20 de octubre de 2017

Leñadoras: cuidado con el gatete sagrado, de Noelle Stevenson, Grace Ellis y Brooke Allen




Título: Leñadoras: cuidado con el gatete sagrado.
Guionistas: Noelle Stevenson y Grace Ellis.
Dibujante: Brooke Allen.
Páginas: 200.
Precio: 19,90€.
Editorial: Sapristi.







Esta semana ha salido la segunda parte de este Leñadoras, una propuesta diferente y con un punto de rebeldía para el público juvenil que ha cosechado gran aceptación. Y aquí estoy yo, reseñando la primera entrega porque se nos había pasado para quienes no la lleven al día.

El Campamento de Miss Quinzella Thiskwin Penniquiqui Thistle Crumpet para jovencitas chicas molonas acoge a toda clase de chicas que, bajo el mando de la Directora Rosie, se adiestran en la supervivencia en toda clase de ámbitos, en la amistad y, en definitiva, en hacer honor a su apodo: leñadoras. Sin embargo, el grupo de la cabaña Roanoke, formado por Jo, April, Mal, Molly y Ripley deberá enfrentarse a desafíos sobrenaturales que no estaban previstos en las actividades del campamento.

Lo primero que salta a la vista al conocer a estos personajes es que han sido diseñados para desafiar cualquier estereotipo y concepción previa. No sólo porque estas chicas sean originales y únicas en su personalidad, sino también por lo que esta personalidad contrasta con su estética. Los ejemplos más claros y contrapuestos son April y Mal. April es pequeña y tiene todo el aspecto de una niña bien de refinados modales, pero resulta ser especialmente fuerte, intrépida y preparada para la acción. Mal, con una vestimenta más radical acorde a su rapado y un cuerpo más robusto es, sin embargo, quizá la menos decidida y más reflexiva de ellas. Hay toda una apuesta consciente por romper convencionalismos que resulta en una lectura refrescante y novedosa. 
Dicho lo cual,
la que más me gusta es
la alocada Ripley,
quizá la que menos se ajusta a lo que acabo de decir.
Obviamente, esto se relaciona con lo que tiene este cómic de reivindicativo, que es mucho, particularmente en el terreno feminista. No en vano, arranca con una "Caperucita Roja" que se enfrenta por la fuerza con varios lobos (en este caso zorros, pero pueden cumplir bien la función), y a lo largo de todo el cómic se reivindica una femineidad disociada de cualquier tópico. Lo más obvio en este aspecto son las interjecciones que las leñadoras usan constantemente, invocando nombres de mujeres pioneras en algo o iconos feministas (recomiendo encarecidamente leerlo con la Wikipedia abierta, como hice yo, para que esto se convierta en una experiencia formativa).

¿Dónde Phillis Wheatley os habíais metido?
-La monitora Jen
en una de esas educativas interjecciones. 

También hay otros campos en los que este tebeo manifiesta su voluntad de romper moldes, aunque de una forma menos activa que con la reivindicación feminista que lo impregna todo. Son más sutiles, pero igualmente necesarias, el amplio abanico de procedencias étnicas de las leñadoras, sus diferentes estilos al vestir o la relación homosexual entre Mal y Molly que se muestra con absoluta normalidad.

Eso sí, todo lo dicho hasta ahora en realidad no es lo más importante del cómic. Lo más importante es la acción, que ocupa casi cada milímetro de la página. Las aventuras de este grupo son constantes y casi ininterrumpidas. Por un lado eso está bien para enganchar al público al que se dirige, que no aguantaría un tono muy pausado. Por otra parte, se echa de menos por momentos algún oasis de respiro para que los personajes y sus interrelaciones se asienten un poco. De momento se ha mantenido un equilibrio frágil entre ese héroe colectivo de las leñadoras de la cabaña Roanoke y la personalidad individual de cada una, pero lo segundo necesitaría mayor desarrollo más adelante, que lo cierto es que se va intuyendo.
¡Hasta ellas mencionan lo rápido que va todo!
Dentro de esto, las tramas más o menos autoconclusivas de cada capítulo, que corresponden a una de estas apresuradas aventuras están bastante bien. Tienen bastante gracia los encuentros con personajes míticos y lo desmitificador que supone conocerlos (me encanta la breve aparición de los yetis) y son interesantes los enigmas de misterio y aventuras. El verano y su imprevisibilidad para los adolescentes, la comunión con la naturaleza y los fuertes lazos de amistad son un clásico de las historias de campamentos de verano. Y lo que prevalece aquí, claro está, es esa amistad sobre la que gira todo y que realmente justifica que el héroe colectivo se mantenga.

En lo referente al dibujo, el estilo es totalmente el de una serie de animación, con algunos rasgos en la narración que se podrían ver fácilmente en una. De hecho, da la sensación de que todo el cómic es un proyecto de serie de animación que no podría tener cabida en ninguna cadena tradicional. Sea como sea, favorece el enganche de un público que comienza a leer cómics, por lo que me parece fantástico, y tiene toda la fluidez y la inventiva de cualquier alocada serie de dibujos actual.
Una mujer osa contra un velocirraptor
(y no es lo más tocho que sucede en este cómic)
En resumen, esta historia presenta una perspectiva reivindicativa muy interesante, que además se lanza al espectador pero no se encuentra explicitada en la historia, ya que en ningún momento se mencionan o aparecen los tópicos negativos subvertidos en ella, simplemente se evitan y superan. El resultado es una historia de lo más sana para los adolescentes, que se lee muy novedosa, que es divertida y al tiempo emocionante e imaginativa. Lástima la poca profundización en los personajes, pero confío en que el segundo tomo venga algo más cargado de ello.

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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