17 de julio de 2016

La formidable invasión mongola, por Shintaro Kago



Título: La formidable invasión mongola.
Autor: Shintaro Kago.
Páginas: 192.
Precio: 11,95 €.
Editorial: ECC.









Esto fácilmente podría ser la cosa más rara que haya leído nunca. Sabía que cualquier obra de Shintaro Kago muy normal no iba a ser, pero lo que me he encontrado en este manga desafía toda cordura. Sin embargo, tengo bastante claro lo que voy a poner en esta reseña. Es extraño tener tan claro lo que voy a decir de un cómic y, por el contrario, no tener mucha idea de si te parece mal o bien, entendible o intragable, una genialidad o un absoluto despropósito. Yo que sé,  mejor empiezo con la loquísima sinopsis:

Todo comienza en el siglo XIII, en el momento en que Gengis Khan está por dar forma al grandioso Imperio Mongol. Para conseguir sus objetivos militares contará con la secreta ayuda de un medio insólito: las manos cortadas de gigantescos dioses antiguos. Gracias al uso de estos miembros amputados que funcionan de forma autónoma como si de caballos se tratase, la conquista del mayor imperio jamás creado será coser y cantar. Desde ese momento en que la humanidad conoció a los "caballos mongoles", se explorará cómo su uso y explotación intervino en momentos clave de la Historia.

Sí, leedlo cuantas veces queráis, pero lo habéis entendido bien. Este manga trata de lo que habría pasado en la Historia de la humanidad si el ser humano hubiese utilizado partes amputadas de gigantes para su beneficio. De todos los ejercicios de imaginación que se pueden realizar en una reimaginación de la Historia, a Kago le pareció que esto merecía la pena ser explorado. De acuerdo. Ahora bien, no sólo la premisa es delirante, la forma de desarrollarla también. Por una parte, el origen de los "caballos mongoles" permanece como un misterio para los personajes a lo largo de todo el cómic, cuando, bueno, son simplemente partes más grandes del cuerpo de seres humanos que funcionan de forma autónoma. Cualquiera con dos dedos de frente debería ser capaz de verlo, por mucho que pudiese ser chocante en un principio. Pero es que, por otra parte, las partes escogidas para mostrarnos el impacto que tienen estos gigantes en la Historia son muy concretas. Demasiado. Apenas se nos cuenta el establecimiento del Imperio Mongol, el dominio de las rutas marítimas hacia la India, la Revolución Industrial y, con más detalle, la primera mitad del siglo XX. Tampoco es que el mundo a rasgos generales cambie tanto por la inclusión de esta peculiaridad, sólo da lugar a unas cuantas situaciones curiosas.
Primera viñeta en que aparecen
"caballos mongoles"
y primera ocasión en que no puedes creértelo.
Una de las cosas que sí cambia y mucho son los personajes históricos. Como es natural, al explorar pasajes históricos como los mencionados aparecen muchas grandes figuras de la Historia, y, de hecho, en cada parte una de ellas es más o menos la protagonista. Así, nos acercamos, entre otros, a personajes tan diversos como Gengis Khan, Vasco Da Gama, James Watt o Henry Ford. Lo que sucede es que no son ellos. Sus vidas y el carácter que conocemos o podemos imaginarles son sustituidos aquí por lo que al autor más le encajaba. O más bien, por lo que más le gustaba. Así, se dejan apenas unas líneas principales reconocibles en su historia y se altera todo lo que resulta conveniente para transformar a esos personajes en parodias de sí mismos propias de un exagerado manga cómico como en el que se ubican.
¡Un friki tiene derechos humanos! ¡Te demostraré cómo mis conocimientos de friki sirven para la guerra!
-Se supone que esto lo dijo
Ernest Dunlop Swinton,
inventor del tanque.
(una pista: NO)

Y es que al final el objetivo de todo este cómic es contar algunas escenas particulares que contengan fetiches propios del autor. Así, abundarán escenas delirantes con desnudos femeninos mínimamente contextualizados, complicados diseños de maquinaria absurda, violencia sangrienta a más no poder, apariciones frecuentes de deformidades monstruosas y momentos directamente escatológicos. Toda la extraña premisa y la escasamente lógica trama está orientada a colarnos esos escenarios perturbadores en los que el autor se mueve tan bien.


Ello se relaciona con la diferencia que se puede apreciar en el dibujo. Por un lado, algunas escenas, especialmente en las que se cuentan de forma acelerada algunos detalles de cómo ha avanzado la Historia, tienen un dibujo apenas trabajado y simple. Sin embargo, en las escenas en que suceden estos exabruptos de absurdo y perversión, el dibujo se vuelve más detallista y da rienda suelta a toda la imaginación de la que es capaz Kago.
Y las portadas originales,
incluidas en el interior,
son una gozada.
Precisamente es otra consecuencia del abandono de ciertas partes en beneficio de otras que el final no me convenza demasiado. Tampoco es que quede abierto, simplemente es un final. Podría haber terminado con alguna explicación más sobre el origen de los gigantes que se han explotado a lo largo de todo el manga, o quizá con una exploración de cómo queda el siglo XXI tras todo lo que hemos visto antes. Pero no, se ve que el autor no veía cómo jugar de forma retorcida con esos elementos y decidió no incluirlos.

Como ya dije, me resulta bastante difícil arrojar un juicio general para este manga. Lo que más me ha provocado es confusión y extrañeza, y supongo que eso es un éxito de acuerdo a las pretensiones de Shintaro Kago. Por otra parte, está plagado de inconsistencias, tanto históricas como argumentales. A pesar de que se trata de una obra fundamentalmente cómica, creo que habría mejorado si se la hubiese tomado más en serio, y no por ello habría tenido que dejar de ser humorística. Aún así, mirando la absurda premisa, casi parece ridículo hacer una petición como ésa. Como sea, leerlo es una experiencia a ratos divertida y siempre interesante, pese a la falta de coherencia.

PUNTUACIÓN
 Ω Ω Ω

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