3 de abril de 2016

Red, por Warren Ellis y Cully Hamner



Título: Red.
Guionista: Warren Ellis.
Dibujante: Cully Hamner.
Páginas: 127 (incluye extras).
Editorial: Norma Editorial.
Precio: 15€ (ahora descatalogado)








Como supongo que mi caso no es muy extraño, no me avergüenzo demasiado de ello: conocí este cómic al tiempo que la adaptación cinematográfica. Y vi primero dicha adaptación sin dejar de pensar que no estaba mal, pero que se notaba que el cómic sería mucho mejor. Lo que me he encontrado al leer el cómic es... que simplemente son bastante diferentes. La sinopsis es la que sigue:

Una nueva administración se hace cargo del gobierno de los EE.UU. y con ella se nombra a dedo a un nuevo director de la CIA, Michael Beesley. Como indica el procedimiento, al señor Beesley se le enseñan los contenidos secretos que se encuentran apartados en la "habitación R", en la que se detallan las misiones en las que ha participado el agente Paul Moses. Al ver el horror que este agente ha sido capaz de causar, al señor Beesley sólo se le ocurre que hay que acabar con su vida. Sin embargo, el agente Moses no se tomará muy bien que interrumpan su tranquilo retiro e iniciará una sangrienta venganza a pesar de su avanzada edad.

Puede que sea debido a su brevedad, porque la serie original recopilada en este tomo cuenta con apenas tres números, pero lo cierto es que en un principio el desarrollo es bastante simple. Apenas hace avanzar la premisa que he descrito ahí arriba, mostrándonos el enfrentamiento entre Moses y la CIA con grandes dosis de violencia y haciendo parecer al agente retirado un fuera de serie. Es divertido de ver, pero quizá esperásemos algo más de una premisa así de interesante planteada por un nombre como Warren Ellis.

Por la misma simpleza de la historia, los personajes tampoco van mucho más allá. Se desarrollan en algún grado Beesley, que no es sino una caricatura de la incompetencia; y, por supuesto, Moses, que a pesar de estar también caricaturizado, no es una simple máquina de matar sin sentimientos. Éste es un curioso caso de un aspecto que podría destacarse tanto para bien como para mal. Por un lado, tiene mérito que en tan pocas páginas y moviéndose en una trama tan simple conozcamos a Paul Moses como un monstruo atormentado por su pasado, con lo que incluso hay cierto grado de empatía por este asesino sin escrúpulos. Por el otro lado, ya es una pena haberle dedicado tan poco espacio y desarrollo al personaje habiendo planteado ya esos matices, porque podría haber dado mucho de sí.

El motivo principal que hace que Paul Moses sea, no sólo a ratos entrañable y a ratos despiadado, sino también carismático, es el dibujo de Cully Hamner. La expresividad particular de Moses hace de él un sujeto especialmente reconocible y facilita acercarnos a él a ratos y admirar su exagerada habilidad cuando toca. Por lo demás, el dibujo se mueve constantemente al ritmo acelerado y efectista de la historia a la perfección, destacando el uso del color rojo con el que se juega en todo momento.
Ejemplo de escena precisamente
AZUL.
Por lo tanto, todo viene siendo un cómic de premisa interesante y desarrollo simplemente correcto HASTA que llegamos al impresionante final. En él, como no podía ser de otro modo, se da el cara a cara entre Beesley y Moses, durante el que comparten una conversación que ocupa gran parte del capítulo y que no tiene desperdicio. Todo el desarrollo simplón anterior era para justificar que se provocase este encuentro entre las dos almas de los Estados Unidos: la del imperio despiadado y la de los paletos incompetentes.
No soy un monstruo por matar. Matar es fácil. Soy un monstruo porque acepto las decisiones difíciles. Soy un monstruo porque veo que mis actos al servicio de mi pueblo no causarán más que terror y dolor. Y aún así, los llevo a cabo.
-Paul Moses
se describe en ese diálogo final.

Al final, gracias a este último momento, el cómic pasa por merecer la pena, sin ser tampoco una obra maestra. Quizá habría sido interesante desarrollarlo más, pero en sus pocas páginas ya consigue bastante y, por otra parte, no creo que los autores tuvieran otra intención que la de lanzar este pequeño dardo a la idiosincrasia estadounidense, sin adornarlo mucho más. Y en ello cumplen con creces. Retomando la comparación con la película con la que inicié la reseña, lo cierto es que se parece poco, mezclando la película muchas más tramas, que añaden acción y hasta desarrollo de personajes, pero que por otra parte quizá diluyen más el mensaje. Ninguno está mal, aunque de momento puntúo el cómic tal que así:

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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