Hora de aventuras 6, por varios autores

Título: Hora de Aventuras nº 6.

Guionista: Ryan North.
Dibujantes: Jim Rugg, Shelli Paroline, Braden Lamb, Dustin Nguyen, Jess Fink y Jeffrey Brown.
Otros autores(historias cortas): James Stanton, Eric M. Esquivel, Phil Jacobson, Josh Tierney y Michael Dialynas.
Páginas: 144.
Editorial: Norma Editorial.
Precio: 9,50 €.

Continúan en formato cómic las aventuras de Finn y Jake, aunque no se puede decir lo mismo de los artistas que habitualmente las vienen realizando. Shelli Paroline y Braden Lamb se toman un descanso en los dibujos de la historia principal, siendo sustituidos por el dibujante underground Jim Rugg, y sí que aparecen en la habitual historia inicial, aunque compartiendo cabecera con toda una plétora de otros dibujantes. No se trata de un descanso sin más, sino de la anticipación de su marcha junto con la del guionista Ryan North, que se producirá propiamente en el tomo número 7 de la edición española. Me tendré que pensar seriamente si continuar la serie tras esta marcha, teniendo en cuenta que algunos de los nuevos autores que se quedarán en la serie ya estuvieron en las decepcionantes series limitadas secundarias y que el cómic no se está adecuando al tono en que deriva la serie...

Pero bueno, esto ya lo comentaré, paso ya a lo que es la reseña:

Como ya he dicho, la habitual historia introductoria de estos tomos en este caso es muy especial, ya que se trata del número 25 publicado en Estados Unidos y quisieron realizar un cómic que avanza a través de diferentes estilos de dibujo como si fueran diversas épocas en la historia de Ooo vistas a través de su protagonista: Carla la gema. ¿Qué quién es esa? Pues se trata ni más ni menos que del COMETA QUE ACABÓ CON LOS DINOSAURIOS. ¿Cómo no va a molar esta historia?

-Mira, a lo mejor voy y os como yo a vosotros.
-¡Qué dices, tío! ¡Eso es ilegal!
-Espera, espera... ¿Cómo que ilegal? Somos dinosaurios. ¡Normalmente no podemos ni hablar! ¿Cómo vamos a inventarnos y a escribir nuestras propias leyes si no podemos hablar?
-Es... ¡Es verdad! Aquí hay muchas cosas que no cuadran.
-¡Claro que si fuéramos a elaborar un texto legal completo, al menos tendríamos que tener una conversación franca y honesta sobre la normativa ética teórica alrededor de la cual hay que construir el sistema judicial!
Vale, a lo mejor es por eso que los dinosaurios no hablaban.

-El comienzo del fin para los dinosaurios.

Pero la sencilla historia de Carla y su evolución a lo largo de los años es sólo un emocional hilo conductor para la historia que de verdad se quiere contar: la de la relación entre Marceline y la Princesa Chicle. Contada de una forma mucho más completa que en el arco central del anterior tomo, en esta historia inicial se ahonda en los motivos que llevaron a ambos personajes a romper su relación y te lleva a comprenderlas mejor. Y todo ello de una forma plenamente coherente con la serie de televisión, y con un epílogo que lleva, una vez más en esta serie, a conocer el futuro de Ooo. No puede haber un número más redondo que éste.

Parte realizada por Jess Fink.

En la historia central del tomo la cosa cambia. La historia gira en torno a la repentina transformación de Finn y Jake en fantasmas. Como era de esperar, el par de héroes no es capaz de acostumbrarse a su nuevo estado y todo Chuchelandia sufre las consecuencias, por lo que la Princesa Chicle debe contratar a unos cazafantasmas. La historia así planteada no resulta muy complicada, pero da tiempo a instalar en ella giros de guion increíblemente predecibles y de continuar innecesaria y tontamente la historia de uno de los personajes de la serie. Esto es lo que más me cabrea de este número, precisamente porque es la primera vez que en el cómic se alejan tanto de la versión de los personajes en televisión únicamente para complicar una historia que había funcionado a la perfección siendo simple. Obviamente no entenderán bien esto quienes no se hayan leído el cómic, pero trato de no hacer spoilers (por más obvios que estos sean dentro de la historia).

Jimm Rugg tampoco hace cosas muy espectaculares...

Por lo demás, los rasgos de este número son los que ya he comentado en anteriores entregas de esta serie: un uso cada vez más exagerado de las notas al pie que produce que en ocasiones sean buenas y en otras no tanto, una búsqueda de situaciones especiales que fuercen los límites de la experimentación con los personajes, un humor efectivo... Ni siquiera el cambio de dibujo resulta muy notable, puesto que Jim Rugg, al igual que sus predecesores, trata de adecuarse sin más al estilo de la serie, aunque lo cierto es que las pocas diferencias que se aprecian hacen que valore más a Lamb y Paroline, quizá porque ellos sabían ceñirse mejor a ese estilo de la televisión. No obstante, como ya he dicho, las diferencias no son demasiado notables.

Arriba tenéis un ejemplo ilustrado de por qué este cómic se titula "Hora de Aventuras con Finn y Jake" y no "Hora de Decisiones Viables y Debidamente Reflexionadas con Finn y Jake".

-Sí, vale, esta nota al pie la salvaría...

Las historias cortas, también habituales, con las que finaliza el tomo nos devuelven al tono experimental de las primeras que se viesen. Al tiempo que nos enseñan la visión particular de autores diversos de los personajes del mundo de Ooo con estilos gráficos de lo más variados nos regalan historias que exploran las posibilidades que existen en el cómic corto. Aunque sólo haya tres en este número, cada una aporta algo, especialmente las dos primeras. Si tuviese que quedarme con una, sería la segunda, de E. M. Esquivel y Phil Jacobson, en la que se narran las terribles "Guerras de Gelatina". Por poner una pega a estas historias cortas, en esta ocasión todas las historias se protagonizan por Finn y Jake en un espacio que deja mucha maniobra para explorar los variopintos personajes que pueblan la tierra de Ooo.

En definitiva, un número más en que la historia central sigue en declive respecto a sus primeros y espectaculares números, quizá porque los recursos habituales se comienzan a repetir. Pero además sucede otra cosa: el tono de la serie de televisión ya no se adecua al del cómic. El cómic sigue siendo mayoritariamente infantil, como los primeros episodios de la serie, mientras que ésta ha avanzado ya hacia espacios mucho más adultos. Si el cómic se resiste a avanzar de igual forma, quedará estancado en unas posibilidades limitadas que se explotaron hace mucho en la televisión. No obstante, lo cierto es que no tendrá mala nota este número, porque esa historia introductoria del principio de este tomo es TAN sublime que ella sola basta para mejorar mi apreciación del conjunto, junto con unas historias cortas finales nada desdeñables...

PUNTUACIÓN

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