19 de agosto de 2015

Hora de Aventuras 4, por varios autores

Para los que no se hayan dado cuenta por las elevadas temperaturas o estén fuera de este hemisferio, he de informar de que es verano. Y se nota. Hace mucho calor, y por eso he creído que era de recibo realizar una serie de reseñas sobre cómics que nos transporten hacia parajes nevados y fríos para combatir las altas temperaturas...


Título: Hora de Aventuras nº 4.
Guionista: Ryan North.
Dibujantes: Shelli Paroline y Braden Lamb.
Otros autores(historias cortas): Jeremy Sorese, Sina Grace, S. Steven Struble, Reed Nitz, Grant Nitz, Jai Nitz, Pranas T. Naujokaitis, Jay Hosler, Rachel Edidin, Kel McDonald y Andy Hirsch.
Páginas: 144.
Editorial: Norma Editorial.
Precio: 9,50 €.






Euh, sí, he incluido éste número de Hora de Aventuras dentro de nuestras reseñas del verano fresquito. Bueno, hay una mazmorra que es en parte de hielo, el Rey Hielo es uno de los protagonistas y se podría decir que la historia casi gira en torno a él... y además, era hora de que las reseñas de Hora de Aventuras volvieran al blog...

Durante uno de sus múltiples enfrentamientos con el Rey Hielo para salvar a la Princesa del Espacio Bultos, Finn y Jake se topan con una antigua mazmorra llena de peligros en la que se ocultan grandes tesoros creada por el propio Hielo junto con el señor de la Nochesfera, Justo Chupalmas. Y bueno, a Finn y Jake les molan las mazmorras llenas de peligros y tenían cierta curiosidad por los tesoros, así que acaban recorriéndola con el espontáneo e indeseado acompañamiento del Rey Hielo en persona.

(¿Veis como era protagonista? Le he mencionado tres veces en la sinopsis...)

Peeeero antes de esa loca aventura descrita arriba, lo cierto es que hay una historia corta, como ya va siendo habitual en estos cómics. Aunque sea corta, esta historia acaba destacando por lo experimental, pues se trata de una aventura en la que el Hombre Mágico encanta a Finn y Jake de forma que no pueden hablar... si no es de forma gráfica. Una situación que produce un cómic diferente e interesante jugando con esa particular experiencia de lectura.
Porque ir elegante no significa dejar de llevar pantalones cortos.
Y luego ya nos metemos en la historia principal que mencionaba en un principio, que avanza al tiempo que nuestros héroes circulan por la imposible mazmorra con la alianza del Rey Hielo. Precisamente, como he adelantado antes, la alianza con el Rey Hielo es lo principal en esta historia, puesto que se aprovecha su presencia para realizar un especial desarrollo del personaje, que además es uno de los más antiguos habitantes de Ooo, por lo que las historias que se cuentan alrededor de él revisten de un especial interés. A decir verdad, en ningún momento se muestra ningún aspecto ni de su pasado ni de su personalidad que no haya aparecido ya en la serie de televisión, pero esta exploración del personaje que incluye un viaje a sus recuerdos resulta ser un gran punto a favor de la trama. Además, el desarrollo psicológico se mezcla con una gran cantidad de monstruos de mazmorra y eso siempre está bien.

-Estos recuerdos viejos son preciosos, o al menos eso creía antes de olvidar por qué lo eran. Hay cosas aquí arriba que no... que no quiero perder.
TÍO! ¡VALE YA DE PONERME TRISTE!
-A Jake no le gusta la exploración de la psicología de los personajes.
Es mas de zurrar monstruos.

Por otra parte, es agradable comprobar cómo la serie comienza a moverse por su propio territorio, haciendo cada vez más referencias a números pasados, sin dejar de lado las referencias a la serie de televisión, y reutilizando elementos como la Jakemadura. A decir verdad, el cómic corre peligro de alejarse de la serie original y caminar por un terreno propio que quizá la separe demasiado, pero si continúan esta dinámica y lo saben hacer bien podría resultar interesante.

Sin embargo, un recurso que siempre destaco y que es quizá el signo más distintivo de estos cómics, las interpelaciones en primera persona de Ryan North a pie de página que rompen la cuarta pared comentando lo que sucede entre viñetas, comienzan a ser un poco pesados. En muchas ocasiones añaden un chiste muy acertado o se ríen del propio cómic con gran efectividad, pero en este número he observado que las notas cada vez son más numerosas, haciendo que las interrupciones a la historia sean demasiado constantes. Además, la verdad es que muchas de estas notas no son en absoluto necesarias ni aportan demasiado, quedando cada vez más forzadas. Y esto sí es algo que deberían parar a tiempo antes de que acabe haciendo insoportable lo que precisamente era uno de los puntos fuertes de la serie.
¿Qué haces leyendo esto cuando están pasando movidas totalmente turbo-cañeras por ahí arriba? ¡Yo no sé qué porras pasa! ¡Me entero al mismo tiempo que tú!
-Ryan North,
 eres vil.

Una vez más, el dibujo es sorprendentemente comentable. Es decir, este es un tebeo cómodo para los dibujantes teniendo en cuenta que apenas tienen que continuar con la habitualmente simplista línea del dibujo de la serie. Sin embargo, en cada número se empeñan en jugar con los diferentes elementos del cómic y consiguen grandes resultados. En este caso podríamos destacar el gran ingenio con el que se usan los dibujos con los que hablan Finn y Jake en la primera historia, el diseño de los monstruos de mazmorra (que, por otra parte, no pasa de ser fiel al estilo de Hora de Aventuras) y, sobre todo, el juego que se realiza con el color durante una particular parte de la mazmorra de la que no diré nada para evitar spoilers. Pero muy bien.

A lo mejor no son las mejores ilustraciones para hablar de la grandeza del dibujo...
Pero claro, donde más se puede disfrutar del dibujo es en los diversos estilos desplegados en las historias cortas situadas al final. Más allá de ver esta variedad de estilos reflejando a los personajes de siempre, que no deja de resultar interesante, las historias en esta ocasión no nos dejan guiones muy experimentales como en números pasados. El pequeño juego de Andy Hirsch en su historia o la introducción de la Princesa Ninja por Reed, Grant y Jai Nitz con dibujo de Pranas Naujokaitis dejan algunos argumentos resultones, pero nada del otro mundo. Quizás me quedaría de esta tanda de historias con el simpático carácter de los Profesores Lobo de la historia de Rachel Edidin y Kel McDonald.
Y qué pedazo de portada alternativa de Emily Warren, por cierto.
No viene mucho a cuento, pero me ha encantado.
Puede que haya dicho un par de cosas negativas, especialmente en referencia a algunos rasgos de la serie que quizá comiencen a volverse en su contra, pero no os llaméis a engaño, los cómics de Hora de Aventuras siguen en plena forma. En realidad, conservan todo el humor y la frescura de la serie de televisión, un estilo que no parece que vaya a decaer, aunque se puede atisbar que comienza a adolecer de ciertos vicios.

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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