3 de abril de 2015

Thermae Romae, por Mari Yamazaki

Generalmente no me gustan las portadas de los manga,
pero éstas me parecen geniales.

Título: Thermae Romae.
Autor: Mari Yamazaki.
Editorial: Norma Editorial.
Tomos: 6.
Precio: 8 € (cada uno).








A priori, si uno piensa entre las similitudes que podrían existir entre la cultura de la Roma clásica y el Japón de hoy en día, no salen demasiadas cosas que comparar. Sin embargo, la mangaka Mari Yamazaki, originaria de Japón pero con un gran bagaje por Europa a sus espaldas, ha creído encontrar el núcleo del carácter de ambas culturas en un particular aspecto de su ocio especialmente desarrollado: la cultura termal. A partir de ahí, lo que surge es un cómic que, al tiempo que enseñar mucho sobre ambos mundos, desarrolla un humor muy particular...

La historia de Thermae Romae se centra en un ingeniero de termas llamado Lucius Quintus Modestus que vive en torno al 135 d.C. en pleno corazón del Imperio Romano. Sus termas no son especialmente destacables hasta que, sin saber cómo, acaba viajando a una cultura cuyo avance en la construcción de termas le asombra: el Japón actual. Gracias a lo que aprenda de esta avanzada civilización, que denomina como "los caraplana", revolucionará la forma de construir y concebir las termas de su época, al tiempo que experimentará un considerable empujón en su carrera.

Vista esta sinopsis podría parecer que el manga que nos ocupa es una típica historia de choque de dos mundos que coge la excusa de la coincidencia entre la importancia similar de las termas en la cultura nipona y la romana antigua, pero no es así. La cultura termal es EL CENTRO de esta historia durante toda la primera parte de la misma. De hecho, en el primer tomo prácticamente cualquier otro elemento, como los personajes o el argumento, son meras excusas supeditadas a poder hacer una comparación detallada entre las termas japonesas y las romanas. Poco a poco se va desarrollando algo más y la historia va creciendo, pero nunca se despega del todo de esa labor casi didáctica por la que se presentan comparativamente formas de bañarse de dos sociedades separadas en el espacio y el tiempo.













A partir del tomo IV aproximadamente la cosa cambia. El argumento, que ha avanzado de forma muy lenta y secundaria hasta ese momento a través de capítulos más o menos autoconclusivos, se transforma ya en una estructura más compleja que se desarrolla capítulo a capítulo. Es en este punto en el que la historia comienza a ser más parecida a lo que cabría esperar, con Lucius aprendiendo mucho más de la cultura japonesa en general a base de numerosos y cómicos choques con las costumbres de "los caraplana", al tiempo que se desarrolla una relación más profunda con esos personajes de su futuro, aspecto que va cobrando una importancia capital hacia el final.

Y claro, con esta descripción que acabo de hacer de las dos claras partes en las que se divide este manga puede parecer que no se trata de algo muy interesante. En un principio podría ser aburrido por presentar simplemente un montón de información comparativa y hacia el final podría ser excesivamente predecible. Pero el caso es que no es así. En la primera parte saben presentar un tema que no resulta en principio muy atractivo, como es una comparación entre las termas japonesas y las romanas, de forma que resulta interesante y con un humor particular que comienza a desarrollarse aquí y cogerá más fuerza después. Por otra parte, la segunda mitad del manga, quizá porque deriva de la excéntrica parte anterior, consigue ser mucho más que lo que simplemente vendía, manteniendo muy enganchado al lector a través de la trama unitaria que se forma y consiguiendo que los esperados gags de choque cultural aparezcan como algo novedoso. Eso sí, quizá el final sea un poco más soso y falto de clímax para una historia tan atrapante.

No había visto personajes con tanto amor por los baños desde
Shizuka de Doraemon.
En cualquier caso, prácticamente todo el mérito de lo bueno que es este cómic es del personaje principal, el ingeniero Lucius. Su caracterización como un romano de lo más típico consigue que funcionen todas sus exageradas reacciones a la cultura japonesa que producen la mayoría de los momentos cómicos de la serie. Se trata de un personaje tan recto y buen ciudadano que es fácil sentir hacia él una combinación de ceremonioso respeto con la ternura con la que podrías apreciar la ingenuidad de un niño. Es cierto que apenas existen otros personajes desarrollados, excepto en la parte final en la que conocemos más (y demasiado apresuradamente) a otros personajes de entre "los caraplana", pero tampoco son necesarios cuando el personaje principal está tan bien configurado y resulta ser tan idóneo para el tono de la historia.
"En nombre del Imperio Romano... ¡prometo construir unas instalaciones termales que pasarán a la Historia!"
-Me encantan estas frases de Lucius
que sobredimensionan exageradamente la importancia de las termas...

Otro punto que resulta idóneo para la historia es el trazo habitualmente claro de Mari Yamazaki. Su dibujo ha sabido encontrar la forma de reflejar los dos mundos en oposición que se presentan en esta historia. Por un lado, con los personajes, que tienen expresiones mucho más realistas para los romanos, similares a sus clásicos bustos dibujados(aunque mucho menos serenos en el caso del por momento histriónico Lucius), mientras que los japoneses tienen más concesiones al puro manga, con caras y expresiones típicas del cómic japones. Por otro lado, también se nota en los fondos, con un gran afán de majestuosidad en una antigüedad reflejada sobre todo a través de monumentos y paisajes y un carácter mucho más mundano y tosco para los ambientes nipones, mucho más cotidianos y de andar por casa. El dibujo suele jugar a favor de este cómic, sí, pero por favor, que dejen de colorear las primeras páginas de algunos mangas. Esos colores con los que comienzan algunos tomos puede que sirvan para orientar más al espectador, pero deslucen muchísimo el dibujo en mi opinión.

Ambientación romana...
Otro punto muy a favor del cómic que sin embargo no se incluye dentro de él son los diferentes artículos titulados "Mis amores: Roma y los baños" escritos por la autora en la que va desgranando los referentes del mundo real que ha cogido para elaborar diversos puntos de la historia. Por momentos me decepcionaba cuando detrás de un capítulo no venía uno de estos anexos en los que poco a poco vas conociendo mejor a la autora, su amor por las termas y su relación con la cultura de la Antigua Roma. Un poco para demostrar ese gran conocimiento de la cultura romana se encuentran (aparte de referencias históricas bastante aproximadas que van siendo más descaradas según avanza el argumento) una serie de latinismos encadenados incluidos en cada conversación de los personajes romanos. Creo que es algo que podría resultar incluso molesto o pedante(desde luego sí es absurdo, porque supuestamente esos personajes hablarían en latín continuamente y algunos de esos latinismos ni siquiera se usarían tal cual...), pero a mí particularmente me ha encantado por lo que me gusta el latín.
-Oye, Marcus... ¿no te estás pasando un poco con el tamaño de éste?
-¿Pero qué dice, maestro? ¡Está hecho ex profeso porque es Príapo, hombre! No tiene nada que ver con los demás dioses del panteón.
-Aún así...
-¿Aún así qué?
-El equilibrio entre el falo y el cuerpo es, de facto, un poco contra natura...
-¿Y por qué no, hombre? ¡Va a estar en la villa de un ricachón de la Campania y está hecho ad hoc para ahuyentar los malos espíritus! El tamaño tiene que ser a priori considerable o ya me dirá.
-Había otros ejemplos de uso de latinismos,
pero no mejores.


La verdad, resulta sorprendente que un manga con una premisa tan disparatada y densa (sobre todo en los comienzos) haya tenido un éxito tan increíble (que se haya publicado no me sorprende, porque la industria del manga está llena de cosas disparatadas), llegando a ampliar su publicación respecto a lo previsto, a tener una película y a recibir premios y nominaciones a lo largo y ancho del globo, entre los cuales la nominación al Eisner u otra en el festival de Angulema. En cualquier caso, me alegro de que haya triunfado de esta forma, porque así he podido disfrutar de esta obra tan divertida al tiempo que extrañamente didáctica.

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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