26 de julio de 2014

Abraham Lincoln: cazador de vampiros, por Seth Grahame-Smith




Título: Abraham Lincoln: cazador de vampiros.
Autor: Seht Grahame-Smith.
Editorial: Umbriel.
Páginas: 384.
Precio: 18 €.










¿Abraham Lincoln: cazador de vampiros? ¿Merece la pena siquiera mentar un libro como éste en esta página? Si alguien me lanzase tal concepto a la cara de improviso, desde luego diría que no, que como mucho podría ser una delirante lectura para una tarde sin nada mejor que hacer, pero que ni me molestaría en comentarlo porque es obvio que pertenece a alguna clase de subliteratura. Sin embargo, en este caso la premisa venía acompañada del nombre de Seth Grahame-Smith, quien llevó a cabo Orgullo y prejuicio y zombies, inaugurando todo un subgénero consistente en mezclar clásicos con temáticas disparatadas. En este caso, en lugar de coger como base un clásico de la literatura, Grahame-Smith se ha atrevido con la propia Historia de Norteamérica, y no podía dejar de leer semejante locura. 

Abraham Lincoln es una figura respetada y admirada por diversos motivos: sus victorias en la Guerra de Secesión, la  su lucha por la liberación de los esclavos negros, sus logros como político, su capacidad para la oratoria... pero hay un aspecto de su vida que ha permanecido oculto: su doble vida como cazador de vampiros. Ahora, Seth Grahame-Smith, a través del recientemente hallado diario secreto del célebre presidente estadounidense, se dispone a contar toda la verdad.

Desde un primer momento queda claro que, al margen de toda la temática fantástica que se pueda introducir, la figura de Abraham Lincoln es recreada con el máximo respeto. No por el hecho de que en su historia se introduzcan vampiros, la vida y personalidad de Abe (así se le llama durante toda la novela) deben verse radicalmente alteradas. No se construye un relato de vampiros y en él se cuela la personalidad de Abraham Lincoln, sino que la vida de Abraham Lincoln es recreada y en ella se introduce toda una trama vampírica
El 4 de marzo de 1861, Abraham Lincoln -el niño excepcional de Sinking Springs Farm, el ojito derecho de su difunta madre, superviviente de numerosos infortunios y uno de los mejores cazadores de vampiros del país- juró su cargo como decimosexto presidente de Estados Unidos.
De hecho, toda la estructura del libro obedece más a una monografía histórica ligeramente novelizada que a una novela propiamente dicha. En la ficción de esta historia se nos introduce, para dar más realismo, al propio autor como personaje, quien, al encontrarse con el diario secreto de Abraham Lincoln, indaga y consigue dar una completa historia de los vampiros en Norteamérica. Para apoyar ese realismo se aportan con asiduidad fragmentos del propio diario, artículos de periódico con un lenguaje periodístico muy propio del siglo pasado, cartas u otros documentos escritos colindantes a los hechos narrados, notas al pie que aclaran algunos aspectos y amplían información (de forma muy acertada) e incluso documentos gráficos, usualmente fotografías o grabados. Todos estos recursos van dirigidos a conseguir una apariencia de veracidad muy lograda en torno a la increíble historia que se cuenta.
Un vampiro en la Casa Blanca.
Como ya he dicho, Abraham Lincoln es retratado de forma fiel a lo que conocemos de él, sin ensalzar su persona pero tampoco denostándola, con algunas frases bastante propias del presidente estadounidense. Pero aparte de él existe otro gran personaje totalmente ficticio que destaca en esta extraña novela: Henry. Su excéntrica personalidad resulta atrayente, aunque veo un gran fallo en cuanto a sus motivaciones. Se trata de algo que de hecho le recrimina Abe en uno de sus primeros encuentros y que no diré para no destripar. Si alguien lo ha leído sabe a lo que me refiero. Me limitaré a criticar lo absurdo que resulta que el propio libro esté apuntándote a que lo que está haciendo uno de sus personajes no tiene sentido. Es algo que podría ser válido como gag en una historia cómica, pero no es ése el punto de vista de esta novela en ningún momento, más allá de lo cómico que pueda resultar ver a Abraham Lincoln cortar cabezas de vampiros con un hacha. El caso es que el papel de Henry, que mueve las grandes tramas de la historia, no tiene explicación, y el hecho de que la propia historia reconozca que no la tiene no hace sino empeorar lo estúpido que esto resulta.
Apenas alcanzo a comprender que me hayan dispensado semejante honor, sin embargo (dado que es imposible expresarlo con modestia, no lo haré) no me ha sorprendido. Se avecina una guerra. No será una guerra del hombre, pero el hombre derramará sangre en ella, pues está en juego su derecho a ser libre. Y yo soy precisamente el hombre que debe ganarla.
-Abe asumiendo su papel en la Historia

Y es que a pesar de lo mucho que me gusta el concepto, la forma de llevarlo y la estructura narrativa que se sigue, analizar la trama de esta historia te lleva a encontrarte con numerosos agujeros que arruinan en gran parte todo el esfuerzo que se hace en lo demás. Voy a contar un fallo muy notorio porque no puede considerarse spoiler, ya que desde el principio se establece así: el hecho de que la existencia de vampiros nunca haya sido descubierta. Como ya he dicho, en el prólogo se trata de dar veracidad a lo que se cuenta aludiendo a una supuesta fuente directa. Lo que nos cuentan supuestamente es la verdadera historia de Norteamérica, sólo que los vampiros han sabido ocultarla ladinamente junto con su existencia. Pues bien, hay numerosos puntos en la novela en los que el propio Abraham Lincoln podría haber desvelado la existencia de vampiros, sin ningún perjuicio para nadie excepto para los propios vampiros. Y no. Entiendo esto quizá en su época de jovenzuelo, cuando lo habrían tomado por loco, pero cuando ya es presidente de los EE.UU. no sólo contaba con pruebas, sino con numerosos testigos de prestigio. Maldita sea, de acuerdo a este libro, su legislatura podría haber sido más fácil de haber revelado la existencia de vampiros. Pero decide ocultarlo por otra extraña motivación que nunca se aclara. En fin, hasta Abraham Lincoln cometió errores durante su mandato.

De todas formas, casi (casi) estaría dispuesto a pasar por alto estos fallos argumentales si no fuese porque conducen a ese horrible final. Como ya he dicho, durante todo el libro se establece la personalidad de Abraham Lincoln con una gran variedad de matices, además de con una gran objetividad y fidelidad a la historia, sólo que con vampiros de por medio. Y todo ese rigor se lanza desde la estratosfera al suelo con indiferencia al llegar al final, cuando la cuidada personalidad de Abe que se había estado recreando con esfuerzo acaba con la estupidez y simpleza más absolutas, aquellas que la mayoría de gente esperaría encontrarse en un libro con un título como éste.

Quizá hay quien pueda opinar que me estoy tomando este libro demasiado en serio, que los fallos argumentales o el absurdo final no son para tenerlos en cuenta en un libro titulado Abraham Lincoln: cazador de vampiros. A decir verdad, puede que esto sea lo que haya pensado el propio autor, pero entonces no entiendo por qué se toma por otra parte tanto esfuerzo en dar seriedad a su premisa. La verdad es que es una pequeña decepción la que he sufrido con Grahame-Smith. Voy a ponerle una puntuación objetiva, aunque a mí me haya gustado más de lo que reflejo aquí, porque entiendo que para el público medio esta novela por su estructura y narrativa será demasiado seria como para ser tomada a broma y por su argumento no puede ser tomada en serio.

PUNTUACIÓN:
Ω Ω

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