25 de junio de 2014

Hora de Aventuras: Marceline y las divas del terror, por Meredith Gran y otros



Título: Hora de Aventuras presenta: Marceline y las divas del terror.
Autores: Meredith Gran, Jen Wang, Faith Erin Hicks, Liz Prince, Yuko Ota, Ananth Panagariya, Kate Leth, Polly Guo, Rich Tommaso.
Editorial: Norma Editorial.
Páginas: 176.
Precio: 12,50 €.








El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. En mi caso, por dos ocasiones me ha dado por leer cómics de Hora de Aventuras que no pertenecen a la serie principal. Craso error. Pero en este caso pensé que arriesgarse era más lógico que la última vez. Al fin y al cabo se trata de un cómic protagonizado por Marceline, la reina de los vampiros, uno de mis personajes favoritos de la serie. Y además el argumento gira en torno a las aventuras que le suceden junto a su banda de rock... podría haber salido algo genial de esto. Pero no fue así. Y, aunque de ningún modo se trata de un cómic malo, tampoco me parece que merezca la pena el tiempo ni el dinero gastados en él.

La historia, como su propio nombre indica, se centra en Marceline y las divas del terror, el grupo de rock liderado por la reina de los vampiros, quien hace de vocalista y bajista, y que cuenta además con Guy, un teclista misterioso; Keila, una vampiresa que toca la guitarra; y Bongo, el fantasma de un batería. Todos ellos darán una delirante gira por la tierra de Ooo cuando la Princesa Chicle decida ser la manager de la banda, tratando de poner un poco de orden en las alocadas vidas de estos rockeros irredimibles.

En efecto, esta historia se centra bastante en el típico conflicto de personalidades opuestas: la Princesa Chicle y todo su casi maniático orden frente a una Marceline entregada totalmente a una vida caótica llevada por sus emociones. Es el desarrollo de un choque de contrarios que ya se ha visto en algunos momentos puntuales de la serie y que parece gustar mucho a la generalidad de fans de la serie. Sin embargo, en este cómic se desarrolla plenamente de una forma más creíble y pausada, desembocando en una amistad cuanto menos curiosa. Y a pesar de que está bien hecho, veo que contradice un poco a la serie por llevarlo en esta dirección. Quizá esto sea una apreciación muy personal, pero veo que entre Marceline y la Princesa Chicle (tanto en la serie como en los cómics) este conflicto de opuestos lleva a una tensión amorosa mucho mayor que la que ninguna de las dos tiene con Finn. (¿De verdad soy el único que lo ve? ¿Estoy enfermo? ¡Juro que no estoy contaminado por la cultura del fanfic!) En cualquier caso en este tomo se aprecia claramente que se trata de una amistad, excepto quizá por algunos detalles por parte de Marceline.

En cualquier caso, no me enfurece esta divergencia de la relación entre Marceline y la Princesa Chicle, porque, como digo, es algo que quizá sólo note yo y, además, es una relación que se desarrolla mucho mejor que la que pueden tener en la serie. Lo que sí me parece peor, y de hecho LO PEOR, de este cómic es la personalidad de Marceline. Es la razón por la que me lo compré, porque se centraba en ella y podía verla más allá de sus esporádicas apariciones en la serie o en otros cómics. Pero cuando leo la historia me encuentro con que se centra en el problema que Marceline tiene con el éxito y la fama. No sólo se trata de algo bastante típico en una historia sobre rock, sino que además hace que la reina de los vampiros parezca una niñata. En la serie tiene un espíritu, no lo voy a negar, puramente adolescente, que le lleva a entregarse a veces a una vena infantil y en otras ocasiones a ser madura y serena (dentro de lo que es el alocado universo de Hora de Aventuras). Lo malo que veo en este cómic es que Marceline, que es inmadura y emocional, se muestra TOTALMENTE inmadura y emocional. De modo que la trama principal que mueve la historia no sólo es típica sino que se centra en un personaje que coge todo lo odioso que pueda tener un adolescente rebelde.
El extremo meridional de mi culo es más punk rock que tú.
-En realidad, Marceline,
 los culos suelen ser muy punk rock por lo general.

Aparte de las dos protagonistas, el resto de personajes apenas son figuritas que se mueven en el fondo. La verdad, esperaba que los integrantes de la banda de Marceline tuviesen un protagonismo al menos secundario que introdujese a algún personaje original, pero Bongo es el estereotipo de un batería dicharachero y Keila se nos muestra como una amiga íntima de Marceline. Nada más lejos de eso. Guy, por otra parte, va un poco más allá al compartir un interesante romance con la Princesa Chicle que está bien llevado pero hacia una conclusión insípida, predecible y poco cerrada. Casi parece una distracción que trata sin lograrlo de aportar algo más a una historia principal que no tiene demasiada chicha.
Ay mis bultos, Marceline, molas un montón. Por ejemplo, cuando te pones ropa, o cuando te roza el viento.
-Halagos de Trompi a Marceline.

De las cosas más disfrutables del cómic sin duda son los diferentes lugares por los que Marceline y las divas del terror tocan. Aunque la historia principal nunca sea especialmente interesante, cada capítulo nos presenta un escenario, conocido o no, que está impregnado de toda la pura imaginación con la que se construye Ooo. En especial me encantó el concierto dado en Ciudad Oreja de Mar, la ciudad subacuática regida por la Princesa Océano.

Y gran parte del encanto de esos ambientes delirantes se debe al dibujo, que me parece lo mejor del cómic. Teniendo en cuenta que se trata de un cómic sobre música, es bastante fácil que las escenas de conciertos o similares resulten aburridas por el obvio inconveniente de no contar con sonidos. Sin embargo, las composiciones de Meredith Gran y su dibujo, fiel a la serie pero personal, hacen que sean bastante amenos de ver y no sean para nada un relleno. Otro punto a destacar son las portadas, que me parecen incluso superiores en su mayoría a las de los cómics principales de Hora de Aventuras y que en la edición española están desperdigadas a lo largo del tomo.
La Blondie de Ooo.
Para completar el tomo, como ya resulta habitual en los cómics de Hora de Aventuras, hay una serie de historias hechas por diversos artistas que muestran su visión de los personajes, en este caso están relacionadas en su mayoría con la música o con la gira del grupo de Marceline. En este caso me ha gustado especialmente El Falsificador, una pequeña historia de detectives protagonizada por el Mayordomo Menta; y Problemas de Comunicación, que cuenta un gracioso conflicto entre Lady Arcoiris y Jake. Otras historias presentan personajes tan variados como Limoncio, Princesa del Espacio Bultos o la propia Marceline y por lo general son esa pequeña dosis de originalidad que te esperas en esta clase de historias cortas.

Al final, quizá no es un cómic tan malo como se pudiese pensar por mi introducción. Tiene elementos destacables, , pero falla mucho en cosas vitales como el carácter odioso de la protagonista o un argumento en general flojillo y típico. En definitiva, no lo recomendaría a fans de Marceline, que es precisamente el público que veo que busca, y desde luego es una muestra más de que los cómics que no pertenecen a la serie principal no llegan a rozar el nivel que tienen éstos.

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω

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