28 de mayo de 2014

Ojo de Halcón: pequeños aciertos, por Matt Fraction, David Aja y otros

Tienen al mejor portadista de la Marvel actual
y cogen la portada más mediocre.



Tïtulo: Ojo de Halcón: pequeños aciertos.
Guionista: Matt Fraction.
Dibujante: David Aja, Francesco Francavilla, Javier Pulido, Jesse Hamm, Steve Lieber y Annie Wu.
Editorial: Panini cómics.
Páginas: 160.
Precio: 14,50€.








Demasiado he tardado en reseñar el nuevo tomo de la multipremiada serie de Matt Fraction y David Aja. Después de que el último me dejase un agradable sabor de boca, esperaba que este nuevo tomo por fin me convenciese de que efectivamente es la obra maestra que se proclama en todas partes. No ha sido así como tomo en conjunto pese a que me parece superior al anterior. Espero que en algún momento pueda despegarme de esta sensación de que lo mejor está por venir, porque la espera por cada nuevo tomo es una pequeña tortura. En fin, evitaré tanto preámbulo y pasaré a hablar del tomo en sí.

¡Ojo de Halcón forma parte de Los Vengadores! Es uno de los héroes más poderosos de la Tierra. Y sin embargo los enemigos que más problemas le causan cuando no está con el supergrupo son una particular mafia de barrio que gusta de usar un determinado tipo de chándal como si de un uniforme se tratase. Pero es lo que tiene relacionarse con cierta pelirroja de pasado misterioso. Lo que sucede es que no será el único que se vea involucrado en sus particulares aventuras, compartiendo así el protagonismo con su compañera y otra Ojo de Halcón Kate Bishop, el perro pizzero, varias vengadoras y algún otro personaje de su pasado.


SLAP
Nos encontramos ante un tomo en el que los personajes y situaciones presentadas en el anterior se han asentado. Sabemos ya que Clint Barton es un héroe que poco tiene de "super", conocemos su tensa relación con su pupila Kate Bishop y alguna idea tenemos de que la desconocida pelirroja (cuyo nombre conocemos al fin aquí) es una irremediable fuente de problemas para el arquero. En este tomo es tiempo de desarrollar eso y crear una trama principal que va conformando un rompecabezas que juega con el lector, haciendo que éste deba situar los diversos acontecimientos. De este modo, en este segundo tomo ya no es tan fácil disfrutar de cada número por separado, sino que forman parte de un complejo conjunto de una forma mucho más integrada que en el anterior.

Al mismo tiempo se desarrolla algo visto en el primer tomo y que tiene que ver con lo ya señalado: la experimentación con el medio. Desde el guión, en el que se suelen buscar perspectivas diferentes a la habitual para narrar la historia (ya llegaré a lo del perro pizzero), hasta, por supuesto, el dibujo, en el que los diversos artistas saben conformar un estilo diferente y único a la hora de narrar gráficamente(sí, de esto también hablaré). Esta experimentación que se desborda de los límites de las páginas provoca que el argumento central que se va conformando a lo largo de este tomo tenga un ritmo bastante lento, porque cada acontecimiento narrado supone recrearse en él hasta el punto de que este tomo queda como una transición, en la que las situaciones van evolucionando sin un comienzo, que era el tomo anterior, ni un desenlace, que supongo que llegará en los próximos números, con lo que deja una sensación de haber leído casi nada y unas ganas tremendas de coger el siguiente tomo.
Este lugar milagroso vive para arrasar su Historia. Su Historia es como la moda: tendencias, instantes, momentos perdidos y sobreescritos. En Nueva York tienes que dar caza al pasado. No es como Praga, Budapest, Cracovia, París o Estambul. Esos lugares exhiben su pasado con honor, con orgullo. Son mujeres, no niñas.
-Veo una mejora notable del guión en este número.

Por este carácter experimental, que hace que cada número incluido en este tomo tenga un tono diferente y por el heterogéneo grupo de dibujantes reunidos, creo que cada uno merece un comentario aparte. Empezando por el principio, el primer número de este tomo, dibujado por Steve Lieber y Jesse Hamm, cae en el error que ya le achaqué a Javier Pulido en el anterior: un estilo de dibujo que trata de imitar la simpleza de David Aja pero sin ni acercarse demasiado a la naturalidad de los dibujos del vallisoletano ni mucho menos a su experimentación. No obstante, la historia, que rompe un poco la estructura de la serie para mostrar como los dos Ojo de Halcón se enfrentan al Huracán Sandy (dato curioso: Matt Fraction donó todo lo ganado por este cómic a la Cruz Roja para ayudar a atender a las víctimas del desastre), tampoco pide demasiada experimentación y al menos sirve para profundizar en el personaje de Grill, el simpático vecino de Clint Barton. En otra historia complementaria reaparece el mismísimo Javier Pulido, a quien tanto denosté en su anterior paso por la colección. Sin embargo, en este anual de la colección en el que se narran las aventuras en solitario de Kate Bishop en la Costa Oeste, demuestra encontrarse mucho más cómodo y adecuar muy bien su estilo y su narrativa a las necesidades de una superheroína adolescente.

Pero más me ha sorprendido Francesco Francavilla, que hace una labor perfecta en sustitución de Aja. Sin intentar emularle, construye una propia narrativa gráfica llena de experimentación (muy destacable en especial el juego de colores y sombras) que consigue mantener el tono general de la serie. Incluso el segundo episodio que más me ha gustado está dibujado por él, y es aquel titulado "Desde el infierno", en el que se presenta a un futuro villano de la colección (a quien, por cierto, no sé cuando volveremos a ver teniendo en cuenta el ritmo tan lento de la colección).


Aunque, por supuesto, mi número preferido es "Lo mío es la pizza", el célebre número de esta serie dibujado por David Aja que está contado desde la perspectiva del perro pizzero. Ahí Aja demuestra tener un gran ingenio al tiempo que su dominio del diseño y la infografía para transmitir la peculiar manera en que un perro tuerto aficionado a la pizza ve el mundo. No obstante, en los otros capítulos dibujados por él, Aja destaca menos. Aunque sigue teniendo esa simpleza a la par que naturalidad que me encanta en cada uno de los personajes, veo que en el anterior tomo dio mucho más de sí. A excepción de ese espléndido capítulo del perro pizzero, el resto de capítulos de Aja no desbordan la calidad narrativa que ha tenido en otros, aunque sin duda no están exentos de ella.


En resumidas cuentas, este número ha conseguido depurar los pequeños fallos de guión que tuvo el anterior, quedarse con los mejores conceptos y avanzar en el desarrollo de una trama unitaria que, aunque lenta, avanza, aderezada con unas historias complementarias más que decentes. El dibujo ha conseguido encontrar un sustituto impecable de David Aja en Francavilla, y el mismo Aja nos ha brindado una historia excepcional, aunque en otras quizá no sea tan destacable como pudiese. En definitiva, este cómic está a punto de alcanzar una calidad tan alta como la fama que tiene, pero aún así me resisto a ponerle una nota máxima. Quizá sea excesivamente exigente aún, pero creo que podemos ver todavía cosas mejores (quizás no mucho mejores) del tándem Fraction/Aja, y espero a verlas en el siguiente tomo (para el que espero que no me hagan esperar demasiado por mi insolencia).

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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