9 de septiembre de 2013

El maravilloso mundo de Oz, de L. Frank Baum, por Eric Shanower y Skottie Young




Título: Clásicos Ilustrados Marvel: El maravilloso mundo de Oz
Guionista: Eric Shanower(a partir de la obra original de Lyman Frank Baum)
Dibujante: Skottie Young
Editorial: Panini Cómics.
Páginas: 199+extras 
Precio: 15 €







Ya hablé de la primera parte de esta extensa saga en esta entrada, de modo que me dispongo a retomar lo que empecé entonces y continuar con las siguientes adaptaciones de la serie de libros clásicos de L. Frank Baum llevadas a cómic por el imparable equipo que forman Eric Shanower y Skottie Young para tratar de transmitir mis impresiones sobre ellos y que lleguen a más gente, porque es una forma perfecta de acercarse a este mundo de fantasía si el hecho de que sean quince libros(además difíciles de encontrar) te atemoriza un poco.

En esta segunda parte, la historia comienza directamente en Oz, concretamente al norte, en el país de los Gillikins, donde vive un chico llamado Tippetarius o simplemente Tip que se encuentra al servicio de una cruenta bruja mala llamada Mombi. Cuando la vieja Mombi amenace a Tip con convertirlo en mármol, el chico huirá dando comienzo un delirante viaje por todo el país de Oz en el que no faltarán encontronazos con toda clase de seres extraordinarios.

"Estoy convencido de que las únicas personas dignas de consideración son las extraordinarias. La gente común es como las hojas de un árbol, vive y muere sin ser observada."
- El Espantapájaros y sus intentos por usar el cerebro

Si la primera parte, adaptación del clásico cuento tan conocido, me encandiló, esta segunda, que adapta la menos conocida segunda parte, me ha encantado doblemente. En parte, por supuesto, se debe a que la historia al completo me resultaba nueva, pero también a que esta historia es mucho más original y fantasiosa. En efecto, más original y fantasiosa que la historia del mago de Oz, porque en esta segunda parte todo el argumento se desarrolla a partir de una locura que va encadenando a la siguiente, no como en la primera parte en la que el argumento era mucho más lineal y derivaba de forma natural de una situación a otra. En este caso nos encontramos ante un viaje imprevisible en el que el mundo de Oz se nos presenta en todo su mágico esplendor. A pesar de ello, esta historia sí que adolece de previsibilidad en cuanto a su desenlace. Estoy de acuerdo en que podemos achacarlo a que es prácticamente un cuento infantil, pero es una pena que teniendo un desarrollo tan alocado su final se pueda ver desde que lees la mitad de la historia.

 A lo mejor me enrollo mucho hablando sobre este cómic,
pero sé que cualquiera seguiría mirando gracias a
estas geniales ilustraciones de Young.
Una consecuencia directa del argumento disparatado es que se pierde la moraleja o los posibles significados más profundos que quizá pudiesen verse en la primera. Sólo podríamos ver algo más en la revolución de Ciudad Esmeralda que instiga la Generala Jinjur y su ejército de chicas, y es cierto que lo que atisbamos ahí es un profundo machismo, pero debemos saber situar la obra en su contexto para comprender que simplemente se trata de una crítica paródica y exagerada a las sufragistas de principios del siglo veinte. Además, la presencia de otros personajes femeninos con peso y valía demostrada en la historia como la reina de los ratones de campo o Glinda la buena(con su propio ejército de mujeres) anula esa posible interpretación machista. No dejo de ver que aquellos momentos en los que se insinúa que el sitio de las mujeres de Ciudad Esmeralda está cuidando de la casa o cocinando se encuentran totalmente fuera de lugar, pero me inclino más a interpretar que se está realizando una crítica al feminismo(la cual no se manifiesta directamente en contra) más que una exaltación del machismo. Tampoco dejo de ver que lo que estoy leyendo es un simple cuento que no está hecho para darle tantas vueltas.
Si algo bueno ha dejado Jinjur y sus seguidoras,
desde luego es esta maravillosa portada.
De modo que, dejando a un lado la curiosa revolución de Jinjur, no existe un significado unitario en el que podamos englobar esta historia. Eso sí, siempre nos quedan las espontáneas frases y geniales diálogos con que nos premian los personajes a lo largo de la historia. En la primera parte ya me había sorprendido la brillantez de algunas frases, muchas de las cuales no tenían nada que ver con el argumento principal, pero en esta ocasión mi impresión se ha duplicado, ya que en esta segunda parte hay muchísimas más digresiones sin sentido que lejos de quedar descolocadas ayudan a enriquecer la historia y de paso te hacen soltar alguna que otra risa. Sin duda en este apartado debo mencionar el primer encuentro a solas entre Jack Cabezacalabaza y el Espantapájaros. Sencillamente genial.
"De hecho, ser rey no es muy divertido. Especialmente si tienes un buen cerebro. Desde hace algún tiempo sé que estoy dotado para ocupar una posición superior."
-¿He dicho ya que me encanta el Espantapájaros?

Pero no hay duda de que el motivo de peso para que esta obra se imponga sobre la anterior es obvio: los personajes. Desde que en el primer momento nos presentan al ingenuo y tontorrón Jack Cabezacalabaza, con su muy destacable sonrisa perpetua, no paran de desfilar por las páginas de este cómic personajes particulares y originales. Supongo que de mencionar a alguno por encima de los demás debo hacerlo con el Muy Ampliado Señor Búguel Totalmente Educado, un cargante insecto gigante que no para de exaltar su refinada educación y de hacer chistes malos, una práctica que todo el mundo desearía que cesase. Pero todos los demás: el caballete, Mombi, Jinjur, el gumpo, los viejos personajes de la primera parte(el Espantapájaros sigue siendo mi preferido a pesar del muy divertido Cabezacalabaza)... todos tienen tienen una caracterización peculiar que los hace únicos. Incluso el niño protagonista, Tip, me agradó mucho más de lo que Dorothy hizo nunca.

Saludad, estrambótica plétora de inadaptados.
Muy bien.
Ahora bien, si buscamos algo que hace que no sólo esta segunda entrega sino toda la saga sea tan destacada y alcance la atención sobre otras adaptaciones de la obra de Baum, sin duda debemos mencionar el nombre de Skottie Young. Su dibujo con el adecuado tono infantil y fantástico recrea una vez más los paisajes y paisanos del país mágico de Oz de forma que lo hacen verdaderamente maravilloso. La imperfección tan plástica de cada dibujo le otorga una singularidad inigualable y, de nuevo, en esta segunda entrega su estilo se derrocha por encima incluso de los niveles que ya demostró anteriormente. Aunque puede que esta opinión se deba a lo mucho que me ha gustado el diseño de Jack Cabezacalabaza.
Una página interior aleatoria que demuestra
que no sólo las portadas son
espectaculares.
Y creo que ya me he explayado suficiente sobre este cómic que te lleva a abandonarte a las fantasías más alocadas procedentes de los cuentos modernos de Baum. Un dibujo sobresaliente acompañado de una historia irracionalmente fantástica aderezada con diálogos a veces disparatados y a veces cargados de exquisita sensatez. Creo que seguiré recomendando esta saga durante mucho tiempo...

PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω

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