8 de julio de 2013

Antes de Watchmen: Espectro de Seda, por Darwyn Cooke y Amanda Conner










Tïtulo: Antes de Watchmen: Espectro de Seda.
Guionistas: Darwyn Cooke y Amanda Conner.
Dibujante: Amanda Conner.
Editorial: ECC.
Números: 4.
Páginas: 32 páginas(cada uno).
Precio: 2,50€(cada uno).





Espectro de Seda es, de los protagonistas, el personaje más gris de Watchmen. Aunque se encuentre bien diseñado y construido, no deja por ello de estar construido y diseñado para ser gris. O esa es mi opinión. Es por ello que no tenía unas expectativas altas en cuanto a que le hiciesen una serie para ella sola. Lo veía más bien como un hueco que había que rellenar para que todos los protagonistas tuviesen su serie dentro de Antes de Watchmen. Y tampoco me equivocaba mucho. A ver de qué va esto:

Laurie Júpiter es una joven que debe soportar que su madre, la antaño superheroína Espectro de Seda, la someta a duros entrenamientos que mucho se alejan de la vida de adolescente normal que ella pretende llevar. Cuando la difícil relación entre madre e hija se vea sometida a una presión crítica, Laurie, por un cúmulo de casualidades, acabará por establecerse con el chico de sus sueños en una comuna hippie.

Este cómic te desilusiona dos veces. O al menos a mí me hizo eso. Te desilusiona nada más comenzar a leerlo, durante el primer número, porque trata sobre una adolescente con tendencia a distanciarse de una realidad en la que su madre ejerce un control total sobre ella. Es como una de esas mil teleseries que existen sobre adolescentes y su vida en el instituto, pero con un pelín de temática superheroica. Y todo el capítulo es así, como si estuviese hecho para adolescentes hormonados. En realidad, como en Watchmen, el personaje está bien construido, pero ahondar más en él de esta forma hace que lo odies más todavía(y yo en Watchmen no la odiaba, sólo me parecía gris).
Durante estas escenas me retorcía de dolor.
De veritas.
Luego, sin embargo, la trama pega un gran giro al final del primer número, cuando Laurie y su novio acaban subidos en una furgoneta hippie. Es un giro bastante extraño y radical, y es a partir de él de dónde se establece la dinámica de la serie. La verdad, habría sido bastante fácil que esto sucediese en la página diez en lugar de en la última del primer número, y así no habríamos tenido que leer veinticinco páginas dedicadas a Laurie y sus problemas de adolescente.

Pero el caso es que ese giro que adentra a Laurie en la cultura hippie está bien llevado. No sólo hace que el personaje evolucione e incluso madure en cierto sentido, sino que nos lleva a comprender qué llevó a la juventud de esa generación a adentrarse en esa vida despreocupada y antimaterialista. Pero una vez está asentada la verdadera dinámica de la serie, la trama evoluciona hacia derroteros que vuelven a no gustarme. Y básicamente es por la inclusión forzada de un villano para que haya alguna pelea y siga siendo un cómic de superhéroes. Es decir, este cómic funcionaría a la perfección sin que existiesen más superhéroes que los pertenecientes a los Minutemen, pero parece que querían apuntarse el tanto de narrar los inicios superheroicos de Espectro de Seda y con ello sólo consiguen gastar más páginas innecesarias.
Atención al elefante psicópata en el espejo.
Mi personaje favorito del cómic.
Además, la inclusión de este villano produce otro efecto secundario que tampoco me gusta un pelo en cuanto al mensaje o al concepto que se quiere exponer. Me explico. En Antes de Watchmen: Minutemen se hablaba bastante sobre el hecho de que los superhéroes en realidad no siempre eran héroes, sino que en muchas ocasiones eran trucos publicitarios ideados para ganar dinero(Oh, la ironía...ejem...), y se mostraban muy bien las luces y las sombras en torno a este concepto. En este cómic se presenta un tema similar: el hecho de que la cultura hippie fue absorbida por el capitalismo al que tanto criticaba, de modo que se volvió una moda al servicio del sistema. De acuerdo, es un tema interesante, lo trates desde el prisma en que lo trates. La cuestión es que poniendo un villano como fuente de esa desvirtuación de lo hippie resta responsabilidad a los diversos sectores de la sociedad que lo provocaron. Toda esa perspectiva adulta que existía en el cómic de los Minutemen, en la que se ponía sobre la mesa un tema tan espinoso como el que dije antes sin necesidad de un villano, se pierde aquí para simplificar las cosas hacia una persona que deberá concentrar todo el odio del lector.

También, por supuesto, el villano es la fuente de las peligrosas drogas que consumían estos sanotes hippies. Es decir, no es que ellos consumiesen sustancias potencialmente nocivas para su salud en favor de pasar un buen rato, claro que no, es que ese villano les engañaba para hacerles ver que esto era lo mejor y les daba drogas de las malas. A ver, en realidad el cómic toma una posición más ambigua que lo que acabo de decir, pero el hecho de que exista un villano repartiendo droga, que además es la única que los protagonistas consumen con consecuencias dañinas, pues hace que sea muy fácil pensar que lo que nos están diciendo es eso, que estos hippies no tenían culpa de nada y fueron manipulados.
Flower and naive power.
Una vez el villano es derrotado, el final encauza un poco las cosas, aunque para mí no arregla todo el desaguisado anterior. Pero sí que presenta un final muy interesante, con una trama que hace ver la forma en que Laurie es manipulada por su madre y se presenta un tratamiento de las relaciones madre e hija que ya no era malo en el resto de la serie, pero en el que se hace hincapié en esta parte de forma muy natural y realista. Y lo destacado es que, en realidad, puedes interpretarlo como un final triste o feliz, de modo que me ha encandilado bastante. Resalta mucho, por cierto, el papel que El Comediante juega en todo esto. Lo dejo ahí, pero su aparición es genial.
"Sabes quién soy, ¿no es así? Sabes que no tengo nada de gracioso, ¿cierto?"
-El Comediante y su siniestra intervención

En cuanto al dibujo, la verdad es que me ha gustado bastante. Ya que debo aceptar que parecen empeñados en poner dibujos simplistas y por momentos infantiles en las series de Antes de Watchmen ambientadas en un pasado más lejano al nudo central de Watchmen(Dollar Bill, Minutemen y ésta), al menos el dibujo de Amanda Conner me parece el mejor de esas colecciones. Y puede que el más adecuado, porque por momentos esta historia se aleja del tono adulto que debería tener, de modo que ése dibujo se adapta muy bien. Además, ha sido bastante inventiva en los trajes de Laurie y en sus cuelgues por la droga, de modo que la verdad es que el dibujo es un aspecto positivo para mí.
Puestos a hablar del apartado gráfico, para mí esta serie tiene las mejores portadas de Antes de Watchmen.
Antes de terminar la valoración y empezar con las conclusiones, y aunque la entrada ya es bastante larga así, voy a detenerme a comentar una situación concreta como ya hice en la reseña de Minutemen. A lo mejor parece que me ensaño, pero Darwyn Cooke parece empeñado en poner escenas de humor que luego no sabe llevar en momentos totalmente inoportunos. En esta ocasión, Espectro de Seda, furiosa, rompe el escaparate de una tienda en mitad de la noche para comprar unas botas con las que hacer de superheroína(sí, el planteamiento de esta escena ya empieza muy arriba en cuanto a absurdez). Pues bien, el dependiente se encuentra dentro y, lógicamente, en parte se acojona y en parte echa la bronca a su asaltante. Pues bueno, tras esa reacción inicial, antes de que la chica se vaya SE PONE A HACER BROMITAS que acaban por encender la bombilla de Espectro de Seda y la llevan a una gran revelación. No alargaré más esto ni haré spoilers innecesarios, quien me lea que haga sus comentarios.

De modo que nos encontramos ante un cómic con algunos aciertos, pero con unos fallos muy grandes que no puedo perdonar. Tiene planteamientos interesantes, pero mal llevados. Personajes bien desarrollados, pero que apenas en ciertos momentos dejan de ser sosos. Un buen dibujo, pero que cuenta una trama trama alargada y con algunos elementos forzados. Y situaciones cómicas inoportunas y muy mal llevadas(hay otra que está al nivel de la que he mencionado, pero tiene mucho que ver con el final y no voy a destripar nada) que, al contrario que aquella escena en Minutemen, llegan aquí en momentos de clímax importantes. Está al borde del aprobado, pero...

PUNTUACIÓN:
Ω Ω

2 comentarios :

  1. ¿Cuántas de estas series de "Antes de Watchmen" hay? Te veo sufriendo con algunas...

    Sin haberla leído, lo del villano que comentas me parece una barbaridad. Hasta ese punto el cómic me atraía, pero cuando me hablas de un villano que les reparte drogas malas... ¿Seguro que toda la serie no es una parodia humorística? Porque suena bastante ridículo.

    Estoy de acuerdo contigo respecto de las portadas, eso sí. La última que pones, con varios personajes en plan viaje al mundo de Yupi, me parece bestial.

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    1. Hay diez en total, en realidad nueve y La Maldición del Corsario Carmesí, que venía por partes al final de cada número, y nos las hemos repartido de forma muy desigual. A Chinaski le han tocado las mejores en cuestión de calidad, pero no me ha importado demasiado porque a esta serie tenía ganas de ponerle malas notas.

      Hay algún elemento humorístico en este cómic, o algún intento del mismo, pero desde luego la figura del villano es supuestamente seria.

      A mí precisamente ésa es de las que más me gustan. Dentro de Antes de Watchmen creo que la que más me gusta junto con una alternativa realizada por Jim Steranko para la serie de Rorschach, pero porque ese señor es el dios de las portadas en el cómic americano.

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