El informativo nocturno, por Jonathan Hickman

El subtítulo de esta gran obra es:
"una mentira contada en seis partes"

Tïtulo: El informativo nocturno.
Autor: Jonathan Hickman
Editorial: Panini cómics.
Páginas: 176.
Precio: 16€.









Me arriesgué un poco al comprar este cómic, porque bien podría haber sido una mierda una profunda decepción, ya que no había leído del autor más que un par de obras para Marvel que para mí no destacaban tanto, pero le veía potencial y la verdad es que no me equivocaba en absoluto, además de que la premisa me atrajo como ratón al queso. Veamos cuál es esta premisa:

Los medios de comunicación manipulan, falsean, distorsionan y engañan, todo para afianzar unos intereses económicos que se contraponen radicalmente a su objetivo primario de ser los vigilantes de la democracia. En su persecución de tan egoístas objetivos, estos tiburones de la comunicación destruyen la vida de personas reales, seres humanos que se han quedado sin trabajo, han sido abandonados por sus parejas o familiares o han sido rechazados por la sociedad debido a una noticia falsa o sensacionalista que les perjudicó. Ha llegado el momento de la venganza para ellos, por cortesía del grupo clandestino conocido como El Culto a La Voz, dirigido precisamente por una voz que sólo habla a través de una cinta. Su modus operandi es sencillo: el asesinato indiscriminado de periodistas. Sus repercusiones sobre el periodismo, la política, los poderes económicos u otros ciudadanos, impredecibles.

El hermano Alexander S. Jones.

Generalmente comento el apartado gráfico de un cómic al final, por muy impresionante que me parezca, pero creo que no se puede hablar de esta obra sin mencionarlo antes que nada. Y es que el dibujo de Hickman no está mal, pero casi no hay tal dibujo. Como media habrá dos o tres dibujos por página y todo lo demás son elementos de diseño gráfico que lo rodean y lo ponen en contexto, motivo por el cual El informativo nocturno ofrece una experiencia lectora única e inhabitual. Con un uso abundante del blanco, un código de colores que nos sitúa temporalmente y una profusión de símbolos y elementos gráficos como rayas o círculos, cada página nos presenta una plétora de recursos gráficos que te dejan apabullado.

Una doble página cualquiera de El informativo nocturno.

Además, en la estructura del cómic se insertan pedazos de información relacionada con lo que se está hablando en ese momento en la historia. Datos, encuestas o informaciones reales que tienen que ver con los polémicos temas por los que se conduce la trama que te interesan tanto como te ponen los pelos como escarpias. Añadidas a esto existen anotaciones incrustadas en las que el propio autor injerta su voz justificándose por la violencia en el texto o comentando algún aspecto de su obra. Y por si fuese poco, también hay notas al final en las que conocemos algunos detalles secundarios a través de los que profundizamos en el proceso creativo del autor y nos percatamos de su verdadera opinión acerca de los controvertidos aspectos de los que nos habla(a modo de advertencia, sabed que este último apartado conviene ser leído al final, justo donde esta, por contener spoilers graves). En suma, toda esta información aledaña a la historia provoca una cierta sobrecarga que se compensa un poco debido al ligero diseño. En cada página te ves bombardeado por mil cosas que por suerte están ordenadas con esa maestría en el diseño gráfico, haciendo que el resultado final sea una fusión perfecta entre imagen y letras.

Para saber más sobre la globalización, sigue leyendo. Pero si eres como yo y sólo te importa tu propio entretenimiento(nada que ver con niños muriendo de disentería en Togo), pasa a la página siguiente.

Hickman te quiere hacer sentir culpable

si te saltas los escalofriantes datos que inserta en el cómic

Pero entre toda esa información y esa original estructura gráfica, pasan cosas. Se nos narra una historia, una ficción que parece peligrosamente real y que discurre por el misterio de la organización conocida como El Culto a La Voz y las repercusiones que tienen sus terroristas acciones en la sociedad. Se podría hablar de que, mientras sucede todo esto, se nos presenta a muchos personajes de los cuales pocos adquieren profundidad real(sobre todo entre los miembros del Culto... otros como Warner Rogers o el Senador Rector sí tienen mayor trasfondo), pero la verdad es que veo esto más como un efecto premeditado del autor que busca dar una visión poliédrica acerca del problema que se presenta, contándonos por lo tanto las reacciones de muchos y dispersos personajes de diferentes sectores. El final de toda la trama es sencillamente espectacular. Y la identidad de La Voz te hará hincarte de rodillas y clamar a todos los dioses, o al menos asentir ligeramente en gesto de satisfacción mientras susurras "qué hijo de puta". Demostrado de forma empírica.

Algunos miembros del Culto a La Voz.
No sabemos mucho de ellos, aparte de la información anexa,
pero lo poco que sabemos basta para que adores a esos sucios terroristas.

He hablado de la falta de desarrollo de la generalidad de los personajes, a los que en su mayoría conocemos en una imagen y si acaso algún dato gracias a la información incrustada, pero la verdad es que hay dos personajes que sí se desarrollan bastante: el hermano Alexander Jones y el hermano John Guyton. El primero es el que una vez fue La Mano de La Voz(algo así como su representante y líder del Culto) y el segundo es La Mano actual(¿es cosa mía o se empieza a abusar del término "Mano" para referirse a personas o instituciones cercanas a un poder mayor? ¡Hay más metáforas!). Ambos personajes son ya de por sí dos razones para no vacilar y comprarse el cómic. ¿Qué puedo decir? Entre ellos y La Voz acumulan tantas citas y conversaciones impactantes que temo que esta reseña se sobrecargue si las pongo todas, aunque sin duda mi favorito, pese al mayor protagonismo de John, es el hermano Alexander. Está como una cabra y es el personaje más radical en este cómic lleno de radicalismos, pero cualquier persona cuerda que discuta con él acabará dándole la razón.

La {VOZ} dice: Cuando mates a activistas, nunca les dispares a la cabeza, siempre apunta al corazón.

La {VOZ} dice: Lo único que debes aprender de la escuela es que no encajas en ella.

Cuando veas un "La {VOZ} dice:" en este cómic, prepárate para algo genial

Respecto a los espinosos temas tratados, al comenzar a leer, aproximadamente durante los dos primeros episodios, pensaba que iría por una dirección muy diferente. Tenía la sensación de que las críticas se centrarían en la prensa, cuando, desde mi punto de vista, si el periodismo actual es tan corrupto o inservible no es por sí mismo sino por la intromisión que en él se hace por parte de los poderes económicos, que marcan siempre una dirección política que les sea favorable. No obstante, las críticas se generalizan más allá incluso de esto, especialmente a partir del tercer capítulo. Educación, política, grandes corporaciones, militares, religión. Pocos salen bien parados de los duros ataques que reparte este cómic. Pero especialmente ese final, ese tremendo final que tiene, le da un significado mayor a esa crítica al periodismo que lo lleva un paso más allá.

Esta es la ciudad de Nueva York. El centro de la sociedad americana. Demasiado ilustrada para la religión. Demasiado cínica para la política. Y demasiado sofisticada para los ideales.

El hermano John Guyton en la gran manzana

De modo que esto es El informativo nocturno. Una excéntrica obra que sólo puedo calificar de rotundamente maravillosa. Perfecta ejecución de una novedosa estructura de cómic con un inmenso diseño que presenta planteamientos polémicos y reflexivos dentro de una historia atrapante, apoyada sobre datos y anexos igualmente interesantes y amenos. Un deleite.

PUNTUACIÓN:

Ω Ω Ω Ω Ω

(Por cierto, Panini cumple las exigencias de una edición tan personal y diferente, pero patinan bastante en la sinopsis de la contraportada. Y no es la primera vez que lo veo en esta editorial. Largo tirón de orejas para los fabricantes de cromos)