12 de abril de 2013

Maravillas, por Brian Selzknick

En esta imagen del blog A la sombra del cuento
aparece sin la sobrecubierta
como yo creo que está mucho más bonito.


Título: Maravillas.
Autor: Brian Selznick
Editorial: SM
Páginas: 640 (con más de 460 ilustraciones)
Precio: 19,95€







(Reto tonto de la tarde: hacer esta reseña sin decir de nada que es "una maravilla")

"¿Te parece normal? ¿Volver como si nada tras meses de injustificada ausencia? ¡Pero qué desfachatez más palpable!" Eso dicen las voces de mi cabeza. E imagino que algún lector de este blog podría tener en la boca improperios similares. Lo sé y es cierto. Supongo que deberíamos haber anunciado antes nuestra poco sutil desaparición, pero diversos asuntos nos han mantenido alejados de este blog. Pronto habrá mayores noticias de lo que sucederá en un futuro con este pequeño rincón de la opinión literaria, pero por ahora centrémonos en reseñar este libro(¿o no? Abundaré en ello después) enviado con todo el amor y el cariño por los humanos de SM, editores a quienes agradecemos con entusiasmo su profusa generosidad. Primero, expliquemos de qué va esto:

En el año 1977, en el frío y pequeño pueblo de Gunflint Lake, al norte de Estados Unidos, vive un chico sordo de un oído llamado Ben cuyo pasado está entretejido de drama y enigma, aunque siempre le quedarán los recuerdos entrañables que visita cada vez que abre su caja llena de objetos variados, una colección particular que se asemeja a esos muebles que dieron paso a los museos, los gabinetes de maravillas. Pero todo puede cambiar cuando sucede algo tan fortuito como la caída de un rayo.
Cincuenta años antes, Rose vive en Hoboken, New Jersey, obsesionada por un lado con los rascacielos neoyorkinos que se despliegan ante ella y por otro con la actriz Lillian Mayhew. Ambas fijaciones, que tienen un significado mayor de lo que podría parecer, llevarán a Rose a una aventura en la gran manzana.
Dos historias separadas en el tiempo y el espacio que se cruzarán en el caos urbano que es New York.
(Sí, una sinopsis enorme, pero quería situar bien los puntos de partida de ambos)


"Tarde o temprano, a todos nos alcanza el rayo"
Para quien no lo sepa ya, es una obra esta contada por PALABRAS y DIBUJOS (y qué dibujos, dicho sea de paso), a la manera de Brian Selznick, que ya usó esta técnica para La invención de Hugo Cabret, aunque ahora narra las historias de dos niños de forma paralela, una a base de narraciones y otra con la secuencia de dibujos. Las palabras serían lo que cabría esperarse de un cuento moderno, con una narración muy ligera que sin embargo se va sembrando de conceptos que acaban por forman un tejido complejo. Los dibujos son espléndidos, no sólo muy cuidados y trabajados con lo que cada página dibujada es un disfrute, sino también narrativamente geniales, aprovechando al máximo los recursos que permiten una secuencia de imágenes para dar lugar a efectos de sorpresa y de dramatismo muy bien dispuestos. Así que si me tuviera que quedar con las palabras o con los dibujos de esta historia, con Ben o con Rose, sin duda elegiría los dibujos. Me parece que las cotas de calidad que se alcanzan durante las narraciones gráficas de Rose ni de lejos se pueden comparar con la historia de Ben que, no obstante, no es mala.
Los lobos no dejan de perseguir a Ben
como el pasado que deja atrás
pero al que no puede mirar
Y al separar dibujos de textos en el párrafo anterior no quiero decir que cada uno vaya por su lado, porque están hilados con bastante maña durante toda la obra y, claro está, de un modo diferente al final, cuando ambas historias confluyen. Allí ya los dibujos están metidos entre el texto con objetivos más de ilustraciones al uso o para dar algún efecto determinado, pero sin la relevancia capital que tuvieron antes. Tal vez por lo que me impresionó lo bien que estaba narrada la parte de las imágenes me parece que el final decae un poco en la narración, aunque tampoco es lo importante ya que esa parte de encuentro se centra más en el argumento que en otra cosa.

Un argumento que, sin haber leído La invención de Hugo Cabret, ya veo que coge algunos elementos de dicho libro como el cine en sus orígenes(aunque de forma más superficial) o la sociedad de principios del siglo XX. Otros temas son nuevos, como la historia de la comunidad sorda, la historia de los museos o el amor por New York, y la verdad es que todos están integrados en el desarrollo de forma muy natural y muy bien documentada, haciendo de esta obra algo casi didáctico por momentos.
Para mí que a Selznick le mola New York
Los personajes están bien construidos, aunque en ocasiones sus acciones o motivaciones se encuentran simplificados y trastocados por la ingenuidad que exige un cuento. No es algo que vea directamente mal, ya que es la intención del escritor, pero sí que es verdad que a veces algunas reacciones o acciones de Rose y especialmente de Ben las veo un poco fuera de lugar, como que no tienen mucho sentido. El caso más flagrante es la extraña relación entre Ben y Jamie, que en ocasiones se torna totalmente enfermiza por parte del segundo, pero que el primero acepta con una sorprendente naturalidad la mayoría del tiempo. De entre todos los personajes es curioso que el que más me haya gustado esté muerto desde el principio: la madre de Ben. Al principio conocida a través de la admiración infantil de su hijo y después completada con otros testimonios, es un personaje que me cautiva mucho aún desde la distancia por su forma de ser atípica pero creíble.
Sonrisilla de Rose
En definitiva es una buena historia infantil narrada de una forma diferente, con unos dibujos impresionantes y una documentación exhaustiva, que sin embargo tiene personajes que por momentos se vuelven incoherentes y difusos. También hay algo en el final que no sabría explicar bien por qué me desagradó, como una falta de magia, y ya es algo personal. Me refiero a que se habían dispuesto muchos elementos que confluían en un final que con la suma de todos se volvería mágico, y un misterio(el del origen de Ben) en el que encajaría todo, pero cuando todas las piezas estuvieron dispuestas no me dejó esa sensación que veo que se pretendía desde un primer momento. No sé explicarlo mejor, simplemente creo que podría haber tenido un final mucho más simbólico o mágico. Sí que está bien conducida toda esa trama del misterio, pero que se desenvuelva de forma correcta no quiere decir que sea tan impresionante como las expectativas que genera. Y además en ese punto la narración gráfica pierde mucho en favor de la escrita. Eso sí, a los que sean verdaderos amantes de New York y disfruten con toda la "mitología" de la ciudad, a esas personas sí que les va a encantar esta obra de principio a fin, puesto que usa momentos muy señalados de su historia, lugares muy destacados de la ciudad y le hace homenajes constantemente.

PUNTUACIÓN:
(Aunque bastante raspado, eso sí)
Ω Ω Ω Ω 

(LA RESEÑA EN SÍ YA HA ACABADO, AHORA VOY A PONERME A TEORIZAR SOBRE CÓMIC PORQUE SÍ... PERO CON UN HILO CONDUCTOR, ¿EH? NO ES TAN ALEATORIO)

Debo destacar un pequeño elemento que no llama demasiado la atención entre la edición de Maravillas, una descripción que se encuentra dentro de una de las sobrecubiertas. En ella sepresenta la obra de Selznick tal que así:

"Brian Selznick vuelve a experimentar con la innovadora forma narrativa que creó en La invención de Hugo Cabret, y la lleva aún más allá en esta novela gráfica que combina el texto con más de 460 ilustraciones."

Vaya. "Novela gráfica". A pesar de que desde la página en que se sitúa el título el autor comienza por describírnosla como "una novela contada con dibujos y palabras". Y eso que el término novela gráfica suele usarse para designar otras obras como Watchmen, Contrato con Dios o Maus, una especie de derivado del cómic con un tono más adulto. ¿Quiere decir esto que creo que el uso de ese término es erróneo para Maravillas? Mi primera reacción fue pensar que , pero tras analizarlo, creo que para nada.

Para empezar, nunca he creído que exista la novela gráfica. Para mí existe el cómic. Creo que usar el término novela gráfica es un síntoma de miedo a declararse lector de cómics, porque, claro, los cómics son algo para niños. Como mucho para adolescentes con la cara repleta de granos. Sin embargo, una novela gráfica suena como algo mucho más accesible a los adultos. Al margen de quién diera origen al término, está claro que fueron las editoriales quienes lo gestaron y generalizaron sabedores de que blandiéndolo podrían alcanzar mayores sectores de consumidores. Y a partir de ahí, fue acogido por numerosas personas ajenas al cómic que, con él, podían acercarse a ese género que comenzaba a ofrecer material más adulto sin necesidad de mancharse la boca pidiendo esa palabra tabú. También, claro está, les vino bien a muchos de los lectores habituales de cómic que así se veían legitimados y al fin podían consumir un producto culturalmente aceptable. Finalmente, estando "novela gráfica" estampado en tantos lugares, la mayoría terminó por aceptarlo.

Pero luego llega la hora de pensar y dices... ¿Qué es exactamente una novela gráfica?

Y suenan los grillos. O, peor aún, la jauría, porque la verdad es que ha habido numerosos intentos de definir la novela gráfica. Quizá el que más convincente suene a mis oídos es el que dio Bruce Campbell, famoso autor de cómic poseedor de un tupé que desafía la gravedad, quien elaboró un decálogo de la novela gráfica donde aseguraba que no era un formato diferente o una nueva forma artística apartada del cómic, sino una serie de características comunes que se habían desarrollado de forma paralela dentro del medio. Algo así como una corriente artística o una generación literaria. Tal vez sea algo similar, pero(siempre desde mi más modesta opinión) lo único que verdaderamente ha sucedido desde que el cómic se llama novela gráfica es que ha madurado, ha tomado temas más adultos y ha comenzado a explotar todas las posibilidades que ofrece el medio.

Y lo sé, si todos usan ya la palabra, ¿para qué vengo yo a despotricar contra ella? Al fin y al cabo el uso que la gente dé a un término determina que exista o desaparezca. Bueno, simplemente, no creo que "novela gráfica" pueda ser definido de un modo que no sea homologable o pueda verse incluido dentro de "cómic". Y, además, no es una expresión que haya surgido de forma natural, ha sido explotada por las editoriales para desplazar al término cómic con la única motivación de que con él vendían menos. No es sólo la carencia de sentido de una novela gráfica, también es por la dignidad que puede tener un cómic.

De modo que no creo que exista la novela gráfica, pero, de existir, opino que se parece mucho más a la clase de historias que cuenta Selznick, ya que ni podría ser definida por entero como una novela, ni para nada se ajusta al formato de los cómics.

(otro día quizá aburra a los cuatro que me lean sobre lo que opino de las palabras "historieta", "tebeo" o "cómic europeo")

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