10 de diciembre de 2012

Wanted: se busca, por Mark Millar y J.G. Jones

"El cómic que inspiró la película", reza la portada
pero debería añadir "lo miraron así, de lejos un poquillo"





Título: Wanted: se busca
Guionista: Mark Millar
Dibujante: J.G. Jones
Editorial: Norma Editorial
Páginas: 192
Precio: 15 €









Recuerdo salir del cine tras ver la película de este cómic protagonizada por James McAvoy y Angelina Jolie, y con Nuestro Señor Morgan Freeman haciendo de las suyas, y no saber por qué los fans la habían denostado tanto. A mí me quedó una sensación de peli buena de acción, sin llegar a ser una locura pero bastante destacable, así  que supuse que si los frikis la despreciaban hasta tal punto sería porque el cómic en comparación, como en La liga de los hombres extraordinarios, resultaba cien mil veces mejor. Así que, con esa película como única referencia aparte de un par de sinopsis que no me decían mucho y la fe que tengo en el guionista me lancé a comprar este cómic. Sin duda, la sorpresa ha sido más que grata y por ella me uno a los detractores a muerte de la película, porque si se hubiesen ceñido al cómic habría podido ser espectacular. Bueno, ya habéis escuchado suficiente de mi vida, vamos con la sinopsis:

Wesley Gibson es uno más de entre los pringados del mundo. Tiene un trabajo sin expectativas en el que su jefa afroamericana descarga todas sus frustraciones contra él, una novia gótica que le engaña con su mejor amigo mientras él finge no darse cuenta, una hipocondría galopante y un miedo estúpido a decir una palabra más alta que otra. Pero todo eso cambiará radicalmente cuando descubra que es hijo del que es, según sus propias palabras, "la más temida super-mierda que haya pisado la tierra", y que ha heredado tanto sus poderes para matar cualquier cosa como su puesto en la hermandad secreta de supervillanos que dominan en el mundo. Porque así es, los supervillanos existen en secreto y dominan el mundo, ya que hace años asesinaron impunemente a todos los superhéroes y ahora se dedican a vivir la vida. A partir de entonces, Gibson sólo se preocupará de mandar "a tomar por culo" toda su vida, así como toda convención moral.

The Killer te desea feliz Navidad.
Esta sinopsis ya nos predispone para algo políticamente incorrecto, más si conocemos un poco a Mark Millar, que gusta de ser polémico, pero la verdad es que no os podéis ni imaginar hasta qué punto. Afirmar que es lo más políticamente incorrecto que he leído tal vez sería sobrepasarse teniendo en cuenta la cantidad de cómics que se basan casi únicamente en provocar, descuidando sin ningún reparo el argumento, y de los cuales alguno he leído, pero sí es cierto que, dentro de esas obras políticamente incorrectas, esta es la mejor construida(rivaliza quizá con Predicador). Es muy bestia, la violencia se desborda por doquier, el sexo se deja entrever aunque menos, los artificios sociales saltan por los aires a cada página, cualquier cosa que se considere "moral" es destruida hasta los cimientos y...bueno, hay un personaje totalmente hecho de mierda. Y a pesar de todos esos elementos controvertidos hasta el extremo, no queda como una ida de olla, como una locura sin argumento, sino que todo obedece a una estructura y muchos de esos elementos tienen hasta cierto simbolismo.

"La única diferencia entre un sueño y una pesadilla es el tamaño de tus cojones, chaval"
The Foxsupervillana y poetisa involuntaria 


Claro está, los personajes que se mueven en un argumento de este tipo no pueden ser menos que unos pequeños cabroncetes. No en vano la mayoría son supervillanos. Se puede afirmar muy rotundamente que en este cómic no hay un sólo personaje bueno. Desde la manipuladora inteligencia (muy bien mostrada en el cómic) del Doctor Solomon Seltzer hasta la brutal y desoladora maldad de Míster Rictus (cuyo origen es interesante y original), pasando por la creíble, provocadora y provocativa The Fox y por la chispeante personalidad del The Killer original. Especial desarrollo recibe, por supuesto, Wesley Gibson, el protagonista de este atentado contra la moral que pasa de su puesto de uno de los más pringados del mundo a ser la máquina de matar más peligrosa que existe. Este cambio tan radical en el personaje resulta bastante creíble a través de una progresión narrada en primera persona que, si bien se cuenta en unas pocas páginas, no resulta excesivamente acelerada.

Pero no es algo raro en Wanted que algo narrado en pocas páginas produzca una impresión potente. Ese es el caso del final, que nos conduce a través de un pequeño giro argumental ligeramente cómico hasta una conclusión verdaderamente rebelde y agresiva que supone un auténtico ataque al lector. Todo ello en las cuatro últimas páginas de dibujos y letras. La originalidad y valentía de cierto toque revolucionario presente en el final fue lo que hizo que me replantease la valoración del cómic. Me estaba quedando una sensación de gran cómic, y tal vez el más inteligente y mejor construido de los cómics gamberros, pero con ese final apelativo creo que se eleva a obra maestra, sin despegarse, claro está, de ese gamberrismo.

Detalle del arte interior del cómic.
Hablando ahora del apartado gráfico, el dibujo de J. G. Jones está más que a la altura de este gran cómic, sobre todo porque dota de personalidad a cada personaje. Además, la abundancia de composiciones inclinadas y de viñetas alargadas favorece el dinamismo de un cómic rápido pero bien desarrollado, rico en giros y anticlímax. No creo que J. G. Jones tenga un dibujo espléndido que impresione, al menos a mí, que soy bastante subjetivo valorando dibujos, pero me parece que sabe ser lo que Wanted necesita. Mención especial merece el arte de las fichas de personajes de las últimas páginas, que están realizadas por grandes dibujantes de la industria americana y en las que también descubrimos algún detalle secreto que nunca se menciona en la historia sobre diversos personajes.
Shithead, un conglomerado de los excrementos de las 666
personas más malvadas de la tierra dibujado aquí
por Bill Sienkiewicz para las fichas
de personajes.
En definitiva, un auténtico homenaje a lo políticamente incorrecto, una antihistoria de superhéroes, que al fin y al cabo es lo que toda historia de supervillanos debería ser. Un desafío a todo lo que podríamos considerar bueno, educado o mínimamente aceptable en términos éticos, pero que no por ello deja de contarnos una historia inteligente, con giros inesperados y, sobre todo, con un final que no te puede dejar indiferente y que es una dulce guinda en un pastel que ya de por sí deja saciado el paladar.

PUNTUACIÓN:
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