7 de julio de 2012

Juego de Tronos, por George R.R. Martin

La calidad de la foto es la que es, pero bueno, se intuye la portada



Título: Juego de Tronos
Saga: Canción de Hielo y Fuego
Autor: George R.R. Martin
Editorial: Gigamesh
Páginas: 393 + 425 = 818
Precio: 16€








 Vamos con la sinopsis:


La muerte de la Mano del rey(su consejero de mayor importancia), Jon Arryn, amenaza con acabar con la paz forjada en los Siete Reinos a partir de las ascuas la guerra contra el rey loco Aerys y su dinastía del dragón, los Targaryen. Ahora, el nuevo rey, Robert de la Casa Baratheon, viaja hasta la lejana Invernalia para reclamar a su siempre honorable señor, Eddard Stark, como nueva Mano del rey. A partir de ahí las intrigas se suceden y los personajes, impredecibles y profundos, deberán aprender el juego de tronos.


Eddard Stark en sus ratos ociosos.
Podría contaros más sobre la trama, Ague lo hizo, pero de llegar a haceros cuatro párrafos todavía no habría contado ni la mitad de lo que tan sólo es el planteamiento inicial. Ése es uno de los puntos fuertes de Juego de tronos, la gran multiplicidad de tramas que se van lanzando como las redes de una gran telaraña que acaba por atrapar al lector y que no resulta nada confusa, como era uno de mis temores antes de leer el libro, ya que había escuchado de la gran cantidad de personajes envueltos en el libro y de sus diferentes historias y pensé que sería demasiado para mi cabecita de Panmios. Pero a pesar de todas esas historias entremezcladas no te haces un lío para nada y se alcanza el pretendido resultado de dar una magnitud épica al cosmos de ficción en que se desarrolla la historia.


Porque Juego de tronos nos presenta ante todo un nuevo mundo de fantasía con una amplitud que podría ser propia de Tolkien (sí, ahora viene una comparación entre Martin y Tolkien, matadme), aunque sí es cierto que los lugares por los que se desarrolla la trama, el mundo que gira en Canción de hielo y fuego, es más reducido que la Tierra Media (aunque se sobreentiende una mayor amplitud) y menos plagado de la desbordante fantasía del británico, pero precisamente esas diferencias se convierten en estos libros en puntos fuertes que permiten aprehender más fácilmente el espacio mítico de la historia y dar un significado más que especial a la poca magia que se ve en este primer libro(por lo que he oído, en sucesivos el nivel de magia y hechicería va en aumento). De este modo, ya podría decir que domino en mi mapa mental los escenarios de los Siete Reinos, desde la lejana y norteña Invernalia hasta el muy sureño Brazo Roto por el que cruzaron los ándalos, y más allá de esas fronteras hacia las tierras verdes del Mar Dothraki y los inhóspitos parajes del Bosque Encantado donde las leyendas sitúan a Los Otros (párrafo hecho sin consultar chuleta, palabrita. Estoy orgulloso de mí).

Mapa del mundo de Canción de hielo y fuego elaborado con todo el rigor y la precisión medieval.
Y todos estos parajes están poblados por una galería extensa de personajes que están dotados de un realismo tal que parece la verdadera magia de la novela. Favorecidos por la estructura del libro, que va presentando cada capítulo desde la perspectiva de un personaje diferente, los protagonistas se conciben como personas con afectos y defectos y que cuesta identificar en el bando de los buenos o de los malos, ya que se encuentran, o pronto derivan, en una guerra que acaba por difuminar las fronteras de la moralidad. Además, todos los personajes se hayan insertos dentro de una psicología medieval muy bien desarrollada, que explica muchas de sus motivaciones o limitaciones. De entre todos los personajes, precisamente es el más desafiante a esas restricciones de la psicología medieval el que más me ha gustado: Arya Stark que, aunque tal vez sea un personaje típico para ser el favorito ya que ha sido creado para ello, me parece que puede dar mucho juego en las entregas sucesivas y en esta sencillamente me ha encantado. También Daenerys y el mundo en que se desenvolvía me pareció cada vez más y más interesante según avanzaba el libro, culminando en ese capítulo final dedicado a ella que te deja con muchísimas ganas de más.

Otro personaje que quería resaltar es Tyrion Lannister, pero no para bien. Es decir, me parece un personaje genial y sus diálogos sin duda son de los mejores del libro, pero ese ingenio ácido deriva de que básicamente es un enano amargado. No le veo más que eso. Sin embargo, a todo el mundo parece encantarle y en el libro se nos presenta como un tipo astuto e inteligente...pero a mí no me demuestra más inteligencia que la de un ingeniero. Me refiero a que es inteligente, pero no a la hora de urdir estrategias ni hacer planificaciones. En fin, tal vez sea cosa de este primer libro y consiga encandilarme en los sucesivos.

A todos nos hace falta que se burlen de nosotros de cuando en cuando, Lord Mormont. De lo contrario, empezamos a tomarnos demasiado en serio.
Tyrion Lannister

En definitiva, un inicio muy bueno para una saga que desborda fantasía al tiempo que la expulsa en su justa medida, con una narración efectiva que ayuda a transportarnos a la ambientación medieval de la novela, tal vez con cierto abuso de las metáforas que relacionan la personalidad o acciones de los personajes con algún objeto o característica del mundo al que pertenecen (no sé explicarlo mejor, pero es cierto que hay una repetición incesante en la estructura de las descripciones de los personajes, que resulta muy medieval pero a veces repetitiva). Un inicio que te deja con unas ganas ansiosas de leer más a pesar de las 800 páginas, con esos últimos capítulos, especialmente el último, que anuncian una continuación espectacular...


PUNTUACIÓN:
Ω Ω Ω Ω Ω

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