26 de diciembre de 2011

Nemesis, de Mark Millar y Steve McNiven






Título: Nemesis
Guionista: Mark Millar
Dibujante: Steve McNiven
Editorial: Panini Cómics.
Páginas: 100+extras.
Precio: 14,95€










¿Qué pasaría si Batman fuese el Joker?

Pues que surge Nemesis(o Némesis, que he observado que el traductor no sabe muy bien qué hacer con el nombre del personaje y a veces lo traduce y le pone tilde y otras da lo mismo), un multimillonario de identidad incierta que se dedica a cometer atroces crímenes desafiando a los principales jefes de policía del mundo. Tras hacer estragos en Asia, Nemesis se propone ir a por el jefe de policía del mismísimo Washington DC: Blake Morrow, un superpoli meritorio, católico practicante con una familia ideal y aspirante a Director de la Seguridad Nacional. En su acecho al policía, Nemesis pondrá en peligro la seguridad de todos los que rodean a Morrow, la seguridad nacional de EE.UU. e incluso los valores que sustentan ese país.


Este cómic me ha preocupado bastante. Al comprarlo, yo tenía bastante claro que por lo menos iba a tener una calidad alta... y de ahí para arriba. Al fin y al cabo, contaba con Mark Millar, guionista de 1985 o los geniales Ultimates, al que considero uno de los mejores cómics de la década pasada, pero no sólo con eso, sino con Steve McNiven, quien junto a Millar había desarrollado cosas como Civil War, para mí el mejor macrocrossover de los recientes de Marvel, o Lobezno: el viejo Logan, también clasificable dentro de los mejores cómics de los 2000. Además, se publica bajo el sello Icon, una editorial subsidiaria de Marvel surgida para incentivar la creatividad de sus guionistas con proyectos independientes, lo cual favorece que los autores trabajen con una mayor libertad y desarrollen las ideas que verdaderamente quieren. Lo último que Millar sacó al mercado con este sello fue Kick Ass, otra obra que, como esta, partía de una premisa simple("¿Y si a un adolescente en el mundo real le da por ponerse unas mallas y hacer de héroe tal y como sucede en los cómics?"), pero que Millar llevó por un sendero que condujo a la excelencia. Con esos antecedentes, nada podía fallar. Pues bueno, lo ha hecho.

Y es que Nemesis parte de una idea simple, pero no sale de ella, por muchos bandazos en forma de sorpresas reveladoras que quiera meter Millar. El concepto no deja de ser lo que te esperas que sea: un supervillano multimillonario sembrando el caos. Un Joker con muchos recursos. O un anti-Batman (lo cual también se refleja descaradamente en su vestimenta y en algunos de los artilugios que usa). Este cómic podría haberlo publicado DC con el Joker como protagonista, dándole una cantidad ingente de pasta por alguna casualidad azarosa del destino, y nada se vería alterado. 

(Por si las comparaciones con el Joker no fuesen suficientes, encima sacaron esta imagen promocional)

Luego está el dibujo. No puedo creer lo que voy a decir refiriéndome a un cómic dibujado por Steve McNiven, quien se ha convertido en uno de mis dibujantes de cómic americano preferidos pero... el dibujo no me acaba de convencer. Ya está. Ya lo he escrito. Y es que McNiven se distancia de su estilo hiperrealista para adoptar uno más plástico. No sé si esto lo hace para quitarle cierta crudeza a las abundantes escenas de violencia, porque al ser un cómic independiente no quiso esforzarse tanto por si las ventas no compensaban o porque Millar lo ordenó, pero el caso es que su dibujo pierde el detallismo supremo que lo caracteriza y se pasa a un esquematismo que contribuye a acelerar un cómic que ya de por sí se hace corto.

En resumidas cuentas, un cómic que como experimento divertido resulta genial, pero que cae mucho respecto a lo que se podría esperar de Mark Millar, ya que la premisa no resulta nada novedosa y la trama que se desarrolla apenas cuenta con alguna complicación efectista y muchas veces predecible, con mucha acción y violencia que en varias ocasiones raya en lo fantasioso y ciertos cabos sueltos que quedan sin atar, con un dibujo que simplemente cumple su función, pero que tampoco impacta tanto como McNiven acostumbra. Es decir, un cómic que bien podría haber sido directamente una película taquillera. Y esto es lo preocupante, que Millar, viendo el éxito que han tenido adaptaciones suyas como Wanted o Kick Ass, se pase al lado oscuro de lo comercial y decida que prefiere hacer cómics directamente pensando en su adaptación fílmica antes que en el cómic en sí. Esperemos que no y vuelva a recuperar la cordura, o que esto sólo sea un experimento con el que Millar y McNiven se han querido divertir, y pronto el autor escocés vuelva a producir una obra maestra en cómic sin que se asocie a un proyecto hollywoodiense.


PUNTUACIÓN:
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